lunes, diciembre 23, 2024

España tampoco puede contra Polonia

Morata adelantó al equipo de Luis Enrique, pero Lewandowski puso las tablas definitivas.

España volvió a decepcionar. Esta vez ante Polonia y tendrá que ganar a Eslovaquia si no quiere depender de un milagro y protagonizar un ridículo digno de otros tiempos.

Luis Enrique tocó lo justo en el once inicial. Lo suficiente para hacerle sitio a Gerard Moreno. El resto, los mismo que ante Suecia. Todas las profecías antes del silbido inicial dibujaban a una Polonia a la contra y resguardada atrás.

 Tantas veces repetido en la previa, se asumió como verdad, Paulo Sousa, acaparando más la pelota que la España de la posesión. A las primeras de cambio, ya estaban reclamando un penalti de Morata en el segundo minuto de juego que en la Liga española hubiese sido señalado sin sorprender a nadie. Se libró el delantero, que bastante cruz tenía antes de saltar al campo.

La primera del partido fue para los polacos en el minuto seis. Klich metió el miedo en el cuerpo a Unai Simón con un disparo lejano que tocó la red por arriba.

A partir de ahí, España dijo basta e intentó crecer. Primero con un disparo tímido de Dani Olmo desde fuera del área tras una recuperación en zona peligrosa en la que a España le faltó picardía y luego mediante Pau Torres que, aunque algo más centrado, probó con otro chut igualmente falto de fe desde larga distancia.

El central del Southampton saltó llevándose por delante al ariete del Villarreal e impidiéndole saltar más por lo criminal que por lo civil. Podría haber sido peor, ya que la jugada acabó en una contra prometedora de Lewandowski. Pero, solo ante la defensa española con 40 metros de campo por delante, el jugador del Bayern dejó escapar la frustración que debe de significar ser el delantero de Polonia, revolviéndose cuando fue cazado por Jordi Alba.

Por fin, el gol

El gol, por fin, llegó en el minuto 25. De Morata, en fuera de juego en primer término, pero que el VAR convirtió en legal. Una apertura de Llorente para que Gerard Moreno pusiese un centro raso que esquivó a la defensa y Morata solo tuvo que empujar. El punta de la Juve corrió a abrazarse con Luis Enrique como pago a su confianza.

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