“Dentro de este clima de terror que se ha creado han procedido a la detención de abogados defensores, sin sustentos”, dijo en declaraciones a medios internacionales.
EL pasado 21 de marzo, la extitular del Juzgado D de mayor Riesgo, Erika Aifán anunciaba su renuncia. De acuerdo con su relato porque su “vida corría peligro por la falta de garantías suficientes para su protección”.
“Enfrenté denuncias, amenazas y presiones. Hoy he decidido presentar mi renuncia al cargo porque no cuento con garantías suficientes de protección a mi vida y a mi integridad, ni a la posibilidad de defenderme con el debido proceso”, declaró Aifán en un vídeo que difundido en Twitter; sin embargo, ella ya se encontraba en Washington DC, Estados Unidos en ese momento.
Ahora, en una entrevista con medios internacionales, aseguró que su vida en el exilio ha sido difícil y que acá, en Guatemala, ninguno de los abogados que ella conoció, quiere tomar su caso y defenderla, según ella “por miedo”.
Bastante demacrada y triste, Aifán cuenta que al no tener quien la defendiera, tuvo que tomar el caso su propio padre y que de esta manera han logrado quitar algunas denuncias en su contra.
“Un gran número de esas denuncias, hemos logrado que sean archivadas, por ser infundadas, por no tener pruebas”, manifestó.
Agregó que fue su familia la que la animó a que tomara “vacaciones”.
“Antes de tomar la decición de renunciar, consulté con algunas personas, la posibilidad de enfrentar toda esta situación en el país, incluso una detención ilegal”, agregó.
Con Aifán Dávila ya son unos 15 los funcionarios judiciales guatemaltecos que han tenido que salir del país, entre ellos, Juan Francisco Sandoval que fue destituido de su cargo como titular de la Fiscalía Especial contra la Impunidad (FECI).