Pese a que Brasil es el epicentro mundial de la pandemia, el líder de la ultraderecha brasileña insistió este lunes en su negacionismo y resaltó que el país es un “ejemplo” en el combate a un virus que deja más de 2 mil decesos por día.
El Gobierno de Brasil pidió este lunes auxilio a la industria médica ante la escasez de insumos para la intubación de pacientes con covid-19, una enfermedad que ya deja cerca de 300 mil muertos en el país y unos 12 millones de casos confirmados.
El fuerte aumento de ingresos de enfermos con coronavirus ha puesto en jaque al sistema sanitario brasileño, que se encuentra al borde del colapso debido a la falta de camas, de personal médico y de material para intubar a los pacientes más graves.
Tan solo en Sao Paulo, el estado con mejor y mayor estructura de Brasil, el número de ingresos de pacientes con covid-19 aumentó un 110 por ciento en las últimas semanas, lo que ha incrementado la preocupación por el suministro de oxígeno.
Tras una reunión con las empresas responsables, el Gobierno regional ha descartado un desabastecimiento similar al ocurrido en Manaos, capital de Amazonas, meses atrás, pero la iniciativa privada se ha movilizado para construir una central de oxígeno en el interior de Sao Paulo para envasar cilindros.
Ante el agravamiento de la situación, el Ejecutivo del presidente Jair Bolsonaro se reunió este lunes con representantes de la industria médica para evitar el desabastecimiento en los hospitales cuando el país suma récords diarios de casos y muertes por covid-19.
En ese sentido, propuso requisar el inventario excedente de las industrias farmacéuticas que aún no esté comprometido en contratos firmados con anterioridad y recurrir al mercado internacional a través de la Organización Panamericana de Salud (OPS), según un comunicado de los Ministerios de Salud y Comunicaciones.
También apuntó la posibilidad de hacer subastas electrónicas para la compra de fármacos a nivel nacional, con la posibilidad de que se sumen los propios estados brasileños, y aumentar el flujo de informaciones entre las distintas esferas del poder para “armonizar” las reservas disponibles.
Sin embargo, el Ejecutivo subrayó que la compra de los medicamentos del llamado “botiquín de intubación”, que incluye oxígeno, sedativos, analgésicos y bloqueadores neuromusculares, es “responsabilidad” de los gobiernos regionales y municipales, a los que Bolsonaro ha criticado en numerosas ocasiones por las restricciones impuestas para combatir la pandemia.
Brasil
La nación acumula cerca de 12 millones de casos de covid-19 y alrededor de 295 mil muertos, lo que le convierte en la segunda del mundo con más decesos en números absolutos, tan solo por detrás de Estados Unidos.
“Brasil viene dando ejemplo. Somos uno de los pocos países que está a la vanguardia en la búsqueda de soluciones”, resaltó Bolsonaro, cuya popularidad viene cayendo mientras aumenta la presión por su gestión de la pandemia.
El domingo pasado, cientos de banqueros y economistas divulgaron una dura carta en la que pidieron al Gobierno medidas efectivas para combatir la pandemia del coronavirus y acelerar la vacuna, y criticaron de forma implícita la postura negacionista de Bolsonaro.
La misiva, enviada a los representantes de los tres Poderes, cuenta con más de 500 firmas, entre ellas las de exministros de Hacienda, expresidentes del Banco Central y altos directivos de la banca, como los copresidentes del Consejo de Administración de Itaú, Roberto Setubal y Pedro Moreira Salles, dos de los hombres más influyentes de Brasil.
Los firmantes recalcaron que la pandemia “no será superada mientras no sea controlada por una actuación competente del Gobierno federal”, al cual acusaron de “infrautilizar o utilizar mal los recursos de los que dispone, incluso de ignorar o ser negligente con la evidencia científica en el diseño de las acciones para manejar” la crisis sanitaria.
“El desdén por la ciencia, la defensa de tratamientos sin una evidente eficacia, el estímulo a las aglomeraciones, y el coqueteo con el movimiento antivacunas, caracterizaron al más alto liderazgo político del país”, manifestaron en la carta, todo un duro mensaje del mercado hacia a Bolsonaro en el peor momento de la pandemia.