Cientos de personas se vieron en la obligación de abandonar sus hogares y ser desplazados a causa de las fuertes lluvias que azotaron la región.
Este viernes los estados de Río de Janeiro y Espírito Santo, en el sureste de Brasil, fueron golpeados por fuertes lluvias que convirtieron las calles en ríos, inundaron viviendas, obligaron a cientos de personas a abandonar sus hogares y se cobraron la vida de al menos 12 personas.
Los videos publicados en las redes sociales muestran corrientes de agua que arrastran decenas de coches por las calles de varias ciudades. Algunas de las imágenes muestran las plantas bajas de edificios residenciales inundadas. Algunos usuarios publicaron videos de desprendimientos de tierras y montañas de escombros de edificios y otra infraestructura urbana que quedaron en las calles después de que el agua retrocediera.
Un edificio de viviendas se derrumbó a causa de las lluvias en la turística localidad de Petrópolis, dejando cuatro muertos. En esa ciudad, tras 16 horas de operaciones de búsqueda los rescatistas consiguieron rescatar con vida a una niña de debajo de los escombros. Según los informes, en el estado de Río de Janeiro han muerto un total de siete personas.
Unas 1.200 personas fueron desplazadas de sus hogares en el estado de Río de Janeiro y aproximadamente el mismo número en Espíritu Santo. En 13 ciudades del sureste de Brasil se declaró el estado de emergencia.
“El sufrimiento de las familias que han perdido familiares, posesiones y sus hogares como consecuencia de las fuertes lluvias ha conmovido al país. Tragedias que se intensifican con el cambio climático”, escribió el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, en su cuenta de X. El mandatario comunicó que hasta ahora se confirmó la muerte de al menos 12 personas y aseguró que “el Gobierno federal se solidariza con las familias afectadas y las vidas perdidas y está en contacto permanente con los gobiernos estatales y municipales para proteger, prevenir y reparar los daños causados por las inundaciones”.