El mandatario ha revelado las “dificultades” que encontró cuando asumió la presidencia, como cientos de plazas fantasmas en instituciones públicas.
El presidente Bernardo Arévalo participó en el Congreso Internacional titulado Innovación y Participación Ciudadana: Hacia un Sistema Nacional Anticorrupción. Durante su intervención, presentó una visión clara y comprometida para enfrentar la corrupción en el país, destacando tanto los retos como las acciones emprendidas en los primeros meses de su mandato.
Arévalo describió un panorama sombrío de lo que encontró al asumir la Presidencia: una estructura de corrupción enquistada en todos los niveles del Estado.
“Cada archivo que leemos nos cuenta una historia de codicia, de robo desmedido y descaro”, afirmó el mandatario.
Asimismo, detalló cómo la Comisión Nacional contra la Corrupción (CNC) ha desvelado una red de saqueo sin precedentes en solo ocho meses de trabajo. Este entramado involucraba desde evasión de impuestos hasta prácticas oportunistas en la compra de vacunas durante la pandemia de covid-19.
El mandatario destacó el descubrimiento de cientos de plazas fantasmas en instituciones públicas, donde personas asignadas a funciones inexistentes recibían sueldos que alimentaban redes clientelares y financiaban partidos políticos.
“Es así como la corrupción se convierte en un sistema que controla al Estado y obstaculiza el desarrollo del pueblo”.
El Presidente expuso los desafíos que enfrenta su administración, como la resistencia de agentes del viejo sistema que intentan sabotear sus esfuerzos y el acoso de instituciones que protegen la impunidad. Frente a este contexto adverso, el jefe del Ejecutivo explicó la necesidad de pragmatismo y de no perder de vista las metas a largo plazo.
Otro desafío que señaló fue la persistencia de un sistema judicial en el que actores ligados a la impunidad continúan operando.
La lucha contra la corrupción no será plenamente viable hasta que estos actores abandonen sus trincheras.
Además, subrayó la importancia de un enfoque que combine justicia y verdad, sin caer en revanchismos, y promoviendo la reparación a las víctimas y la devolución de bienes robados.
Arévalo enfatizó que uno de los pilares de su estrategia es la transparencia, mencionando cómo en 2024 ya se lograron avances en el control de procesos de contratación y en la identificación de beneficiarios finales de contratos gubernamentales.
Este enfoque integral incluye además una agenda legislativa ambiciosa, que abarca la ley de protección a denunciantes, reformas a la ley de lavado de dinero, y nuevas normativas para combatir los conflictos de interés.
El Presidente concluyó su intervención con un mensaje de esperanza y compromiso. Reconoció que la tarea de transformar un sistema tan arraigado en la corrupción es titánica, pero subrayó que su administración se ha mantenido firme en la lucha por la justicia y la dignidad de los guatemaltecos.
Asimismo, el mandatario señaló:
“El camino pasa por resistir, por no ceder a las peticiones de quienes quieren que la política sea transaccional”.
Arévalo destacó la importancia de continuar con el diálogo entre todos los sectores de la sociedad y de implementar reformas que robustezcan la lucha anticorrupción, promoviendo un gobierno que trabaje por el pueblo y no por intereses particulares.
El legado que aspira a dejar es un sistema nacional anticorrupción que garantice la protección y los derechos de todos los guatemaltecos, avanzando hacia un futuro con equidad y progreso.
La lucha contra la corrupción en Guatemala es compleja y está plagada de obstáculos, pero con la firmeza de liderazgo, el país puede aspirar a construir un nuevo camino de transparencia y desarrollo.
