El mundo de la fotografía y el ambientalismo está de luto. Sebastião Salgado, el célebre fotógrafo brasileño cuya obra trascendió fronteras para convertirse en testimonio de la condición humana y la belleza frágil de nuestro planeta, falleció a los 81 años en Francia, donde residía. La noticia fue confirmada por el Instituto Terra, organización que fundó junto a su esposa Lélia Deluiz Wanick Salgado.
Reconocido como uno de los fotoperiodistas más importantes de nuestro tiempo, Salgado dejó un legado artístico imborrable. Sus icónicas imágenes en blanco y negro, de gran formato y profundidad emocional, capturaron desde las duras realidades sociales hasta la majestuosidad de la naturaleza virgen. La Academia de Bellas Artes francesa, de la que formaba parte desde 2016, lo describió como “gran testigo de la condición humana y del estado del planeta”.
Pero Salgado fue mucho más que un observador excepcional. Junto a Lélia, emprendió una de las hazañas de restauración ambiental más inspiradoras de nuestro tiempo. A través del Instituto Terra, la pareja logró replantar más de cuatro millones de árboles en Brasil, recuperando bosques subtropicales, devolviendo el agua a 2.000 manantiales y permitiendo el regreso de la fauna autóctona.
Hasta sus últimos días, Salgado mantuvo una lucha incansable por la Amazonía. Fue crítico frontal del acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, advirtiendo sobre sus potenciales efectos devastadores para la selva tropical. “Estamos destruyendo la naturaleza en todas partes, pero la necesitamos para sobrevivir”, declaró con urgencia en una de sus últimas apariciones públicas.