lunes, diciembre 23, 2024

Afganistán celebra el fin del Ramadán con una primera jornada de tregua

Afganistán inició este jueves un alto el fuego de tres días declarado los talibanes y secundado por el Gobierno con motivo del final del mes sagrado de Ramadán, en una jornada en la que murieron al menos diez personas en varias explosiones de artefactos improvisados.

Millones de afganos, incluidos funcionarios del Gobierno, miembros de las fuerzas de seguridad y talibanes, inauguraron una mañana pacífica por primera vez en meses.

Después de vestirse con ropa nueva como manda la tradición, la población afgana asistió a los rezos en las grandes mezquitas de todo el país y aprovechó para visitar a familiares y amigos para celebrar el Eid ul Fitr, que marca el fin del mes sagrado de Ramadán.

Los talibanes anunciaron el pasado lunes una tregua de tres días que comenzó este jueves, una decisión que el Gobierno afgano espera que impulse las estancadas negociaciones de paz en curso en Doha desde el pasado septiembre para poner fin a dos décadas de conflicto en el país asiático.

“Tras el anuncio del alto el fuego, las fuerzas de seguridad afganas iniciaron su implementación, que está vigente desde la pasada medianoche”, anunció el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional del Gobierno afgano, Rahmatullah Andar.

Por su parte, el principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, confirmó que “el alto el fuego está implementado en las zonas de nuestro control”.

Durante la jornada, el presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, acompañado por cientos de funcionarios, ofreció las oraciones del fin del Ramadán en el Palacio Presidencial, donde aprovechó la ocasión para llamar a los talibanes a buscar una solución pacífica al conflicto.

“¡Talibán! No encontrarás una oportunidad mejor (para la paz), este momento es tu gran oportunidad”, espetó, y agregó que “la guerra no es la solución definitiva, solo el acuerdo político”.

El mensaje de Ghani llega en un momento de especial tensión en el país: las tropas estadounidenses y de la OTAN comenzaron su fase final de retirada el pasado 1 de mayo, un proceso que finalizará el próximo 11 de septiembre con motivo del 20º aniversario de los atentados en Estados Unidos que desencadenaron la ocupación de Afganistán.

La retirada de 2 mil 500 efectivos estadounidenses y unos 7 mil militares de la OTAN se produce en el contexto de unas conversaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes que poco a poco se han estancado, sin haber logrado avances significativos hasta el momento a pesar de los esfuerzos internacionales.

INCREMENTO DE LA VIOLENCIA

La jornada mayoritariamente pacífica se vio enturbiada por cuatro explosiones en las provincias sureñas de Kandahar y Ghazni, y en el norteño Kunduz, informaron fuentes oficiales. En total, diez personas, incluidos varios niños y mujeres, murieron y trece resultaron heridas en estos atentados.

La tregua llega, además, tras dos semanas especialmente violentas en Afganistán, donde más de 1.500 talibanes y un número desconocido de miembros de las fuerzas de seguridad han muerto en intensos combates en varias provincias.

La formación insurgente capturó además durante ese periodo dos distritos y decenas de puestos de control de seguridad de las fuerzas afganas en varias partes del país, particularmente en la provincia sureña de Helmand.

EL FIN DEL RAMADÁN

La provincia de oriental Laghman es una de las más afectadas por los enfrentamientos de las últimas semanas, pero hoy despertó con las oraciones del fin de Ramadán en las que participaron cientos de miles de personas, sin incidentes.

La oficina del gobernador de Laghman dio la bienvenida en un comunicado al alto el fuego de tres días, y pidió a los talibanes “que cambien este alto el fuego temporal por uno permanente”.

Los miembros de las fuerzas de seguridad también iniciaron el Eid ul Fitr en un ambiente pacífico.

Ahmadullah (nombre ficticio), un soldado del ejército afgano que sirve en la provincia sureña de Ghazni, donde también se produjeron fuertes enfrentamientos en las últimas dos semanas, disfruta del día “viendo las aldeas verdes y deseando que pronto llegue la paz”.

“Estamos viendo a talibanes conduciendo sus motocicletas hacia las mezquitas para las oraciones del Eid, pero ni nos disparan ni les disparamos: hoy es la paz”, relató a Efe.

Algunos afganos, que se habían visto desplazados por la guerra a las grandes ciudades, aprovechan el alto el fuego para visitar sus aldeas.

Basit Miakhil, un joven de 25 años, tuvo que desplazarse de Dand-e-Shuhabuddin, una aldea en la provincia norteña de Baghlan, a la capital.

“No he visitado mi pueblo en el último año, mañana iré para reencontrarme con mis amigos y pasar un tiempo allí”, dijo mientras se reía.

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