El mandatario busca eliminar la ciudadanía por derecho de nacimiento, esto con el fin de restringir la inmigración.
El presidente electo de Estados Unidos Donald Trump ha prometido eliminar a la ciudadanía por derecho de nacimiento tan pronto como asuma el cargo y así cumplir sus promesas de campaña con el objetivo de restringir la inmigración y redefinir lo que significa ser estadounidense.
Pero cualquier intento por ponerle fin a esta medida enfrentaría una gran cantidad de obstáculos legales.
La ciudadanía por derecho de nacimiento significa que cualquier persona nacida en Estados Unidos se convierte automáticamente en ciudadano estadounidense. Esta práctica ha estado vigente durante décadas y se aplica a los hijos nacidos en el país de padres que están sin autorización en Estados Unidos o que cuentan con visa de turista o de estudiante y planean regresar a su país de origen.
No todos los países tienen esta práctica, y Trump y sus partidarios han argumentado que se ha abusado del sistema y debería haber estándares más estrictos para obtener la ciudadanía estadounidense.
Pero otros dicen afirman que se trata de un derecho consagrado en la 14ª enmienda de la Constitución, sería extremadamente difícil de revocar y, aún si fuera posible, es una mala idea.
A continuación, un vistazo a la ciudadanía por derecho de nacimiento, lo que Trump ha dicho al respecto y las perspectivas de ponerle fin a la práctica:
Durante una entrevista con el programa “Meet the Press” de NBC transmitida el domingo, Trump dijo que “sin duda alguna” tenía planeado ponerle fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento una vez que asuma el cargo.
“Vamos a ponerle fin a eso porque es ridículo”, declaró.
Trump y otros opositores de esta práctica han argumentado que crea un incentivo para que las personas vengan a Estados Unidos sin autorización o sean parte del “turismo de nacimiento”, en el que mujeres embarazadas ingresan al país con el fin específico de dar a luz para que sus hijos puedan tener la ciudadanía antes de regresar a sus países de origen.
“El simple hecho de cruzar la frontera y tener un hijo no le debería dar derecho a nadie a obtener la ciudadanía”, dijo Eric Ruark, director de investigación de NumbersUSA, quien está a favor de reducir la inmigración. La organización apoya cambios que requerirían que al menos uno de los padres sea residente legal permanente o ciudadano estadounidense para que sus hijos obtengan la ciudadanía de forma automática.
Otros han argumentado que ponerle fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento sería sumamente perjudicial para el país.
“Uno de nuestros grandes beneficios es que las personas nacidas aquí son ciudadanos, no son una subclase ilegal. Existe una mejor asimilación e integración de los inmigrantes y sus hijos gracias a la ciudadanía por derecho de nacimiento”, dijo Alex Nowrasteh, vicepresidente de estudios de políticas económicas y sociales en el Instituto Cato, un organismo a favor de la inmigración.
El Migration Policy Institute calculó en 2019 que alrededor de 5,5 millones de menores de 18 años vivían sin autorización legal en el país con al menos uno de sus padres, lo que representa al 7% de la población infantil de Estados Unidos. La gran mayoría de esos niños eran ciudadanos estadounidenses.
Durante la campaña de Trump a la presidencia en 2015, el grupo resaltó que el número de personas que viven sin permiso legal en el país “se dispararía” en caso de que se eliminara la ciudadanía por derecho de nacimiento, creando “una clase autoperpetuante que quedaría excluida de una pertenencia social por generaciones”.
Tras la Guerra Civil, el Congreso ratificó la 14ª enmienda en julio de 1868. La disposición garantiza la ciudadanía para todos, incluidas las personas negras.
“Todas las personas nacidas o naturalizadas en los Estados Unidos y sometidas a su jurisdicción son ciudadanos de los Estados Unidos y de los estados en que residen”, indica la 14ta enmienda. “Ningún estado podrá dictar ni dar efecto a cualquier ley que limite los privilegios o inmunidades de los ciudadanos de los Estados Unidos”.