El presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, anunció este lunes que no ampliará el estado de emergencia en Egipto, en vigor de forma ininterrumpida desde abril de 2017 cuando hubo dos brutales atentados contra la minoría cristiana.
“He decidido, y por primera vez desde hace años, anular la prórroga del estado de emergencia en todas las partes del país”, dijo Al Sisi a través de Twitter.
“Egipto, gracias a su gran pueblo y hombres fieles, se convirtió en un oasis de seguridad y estabilidad en la región”, por lo que consideró que ya no era necesario seguir prorrogando el estado de emergencia, según el mandatario.
Asimismo, dijo que “los esfuerzos” del pueblo egipcio y su “participación” en “el desarrollo y la construcción” de Egipto a lo largo de los últimos años fue el motivo de esta decisión.
“Juntos, seguimos con firmeza hacia la construcción de la nueva República con la ayuda de Dios y su apoyo”, sentenció.
El estado de excepción fue declarado por primera vez en abril de 2017, después de dos brutales ataques contra iglesias coptas en el norte de Egipto, que dejaron decenas de muertos y fueron reivindicados por el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Sin embargo, la Constitución egipcia sólo permite la extensión del estado de emergencia durante un periodo máximo de seis meses consecutivos, por lo que el Parlamento hasta ahora ha renovado su vigencia cada tres meses dejando un intervalo de varios días cada seis meses para poder sortear este límite establecido por la Carta Magna.
Las autoridades alegaban que es necesario para hacer frente al terrorismo islamista, tanto de la filial egipcia del EI como del grupo Hermanos Musulmanes, que gobernó Egipto entre 2012 y 2013, y posteriormente fue declarado terrorista.
En las últimas semanas, Egipto archivó varios casos contra activistas de derechos humanos, contra los que pesan medidas cautelares desde hace años por presuntos cargos de terrorismo o de difusión de noticias falsas, algo que ha sido celebrado por ONG locales.
Después del golpe de Estado que en julio de 2013 apartó del poder a la Hermandad, el presidente Al Sisi ha encabezado la lucha contra los islamistas, que entre 2013 y 2016 llevaron a cabo numerosos atentados contra las fuerzas de seguridad y representantes del Estado.
La violencia ha disminuido en los últimos años, excepto en la península del Sinaí, donde el Ejército y la Policía siguen librando una batalla casi diaria contra los insurgentes, en concreto contra la rama local del EI denominada “Wilayat Sina”.