En los días previos al reciente cónclave que eligió al nuevo Pontífice, el entonces cardenal Robert Francis Prevost —hoy Papa León XIV— fue blanco de acusaciones provenientes de sectores ultraconservadores, quienes intentaron vincularlo con presuntos actos de encubrimiento de abusos sexuales cometidos por clérigos en Perú. Las denuncias afirmaban que, durante su tiempo como sacerdote misionero y luego como obispo en Chiclayo, Prevost no actuó con firmeza ante ciertas denuncias de pedofilia. Sin embargo, estas acusaciones han sido investigadas y oficialmente desmentidas.
El Vaticano confirmó que no existen pruebas ni fundamentos que vinculen al nuevo Papa con actos de encubrimiento. Por el contrario, investigadores independientes y periodistas como Pedro Salinas y Paola Ugaz —quienes revelaron el escándalo del Sodalicio de Vida Cristiana en Perú— han señalado que Prevost fue un aliado clave en la defensa de las víctimas y colaboró activamente para impulsar la investigación que culminó con la disolución oficial de dicho movimiento en enero de 2025.
Organizaciones como Infancia Robada han celebrado su elección como una esperanza de continuidad en la lucha contra los abusos dentro de la Iglesia. Con una formación sólida en derecho canónico y más de 40 años de experiencia misionera en Latinoamérica, León XIV llega al trono de Pedro con una imagen de compromiso pastoral, prudencia y justicia.
Este episodio nos recuerda cuán importante es verificar los hechos en tiempos donde las tensiones ideológicas dentro de la Iglesia intentan influir incluso en el proceso de elección papal. El Papa León XIV ha comenzado su pontificado con serenidad, apertura y una frase que marca su estilo: “Lo vamos a hacer bien.”