A 45 han aumentado los muertos en Israel por la estampida humana del jueves por la noche y madrugada de este viernes en una festividad judía, un trágico suceso que ha consternado al país y llevado al primer ministro, Benjamín Netanyahu, a declarar el próximo domingo día de luto.
“Me gustaría declarar el domingo como jornada de duelo nacional. Unámonos todos al dolor de las familias y oremos por el bienestar de los heridos”, dijo el jefe de Gobierno al visitar el lugar de la tragedia en el Monte Merón de Galilea, en el norte del país, donde siguen las tareas de identificación de casi medio centenar de víctimas mortales.
Netanyahu aseguró que la avalancha humana de esta madrugada, mientras decenas de miles de judíos ultraortodoxos celebraban con cánticos, bailes y hogueras la festividad de Lag Baomer, “es uno de los peores desastres que ha sufrido el Estado de Israel”.
“Nuestros corazones están con las familias y heridos, a quienes deseamos una pronta recuperación”, agregó, lamentando las “escenas desgarradoras” que se vivieron en el lugar durante la noche pasada.
Muchas personas “murieron aplastadas, incluido los niños”, añadió el primer ministro, que concretó que “muchas de las víctimas aún no han sido identificadas”, por lo que instó a evitar difundir rumores por redes sociales y pidió “dejar que las autoridades trabajen”.
A su vez, elogió a los cuerpos policiales, equipos médicos de emergencia y fuerzas de rescate por haber realizado “una rápida tarea” de socorro y haber prevenido “un desastre mucho peor”.
El presidente israelí, Reuvén Rivlin, honoró también la memoria de las víctimas encendiendo 45 velas por cada una de ellas frente a su residencia oficial en Jerusalén, donde se abrió un centro de llamadas de urgencia para ayudar a familias que buscan a seres queridos que siguen en paradero desconocido desde el incidente.