Leniz Escobar, “la diablita” de Long Island, sonrió cuando miembros de la pandilla MS-13 mataron a cuatro jóvenes con machetes, e incluso “lamió sangre” de las víctimas durante la masacre, dijeron los fiscales en los argumentos finales en su espeluznante juicio por homicidios en Nueva York.
Escobar, de 22 años, atrajo a las víctimas a la muerte en un parque local después de convencer a la pandilla notoriamente despiadada de que “se habían burlado de ellos” usando los símbolos de la MS-13, dijo la fiscal Justina Geraci en un tribunal federal en Central Islip.
La acusada le dijo a su novio Jeffery Amador, pandillero de la MS-13, que “estaba muy feliz” de haber atraído a cuatro hombres a una emboscada mortal con machetes, según la grabación de una llamada desde la cárcel presentada ayer jueves como evidencia en su juicio federal por asesinato.
“Escucharon el testimonio del miembro de la pandilla MS-13 David Gaitán-Rivera”, dijo previamente el miércoles Geraci al jurado sobre los asesinatos de 2017. “Él contó cómo una de las víctimas había alcanzado a Escobar antes de que lo mataran y su sangre había manchado toda la camisa de ella y ella se lamió la sangre de los labios”.
Otra testigo y amiga de Escobar, Keyli Gómez, había declarado “cómo ella y la acusada se agacharon junto a las víctimas y vieron cómo los mataban. No gritaron ni lloraron mientras las víctimas eran cortadas con machete hasta la muerte”.
“Justo antes de que la víctima Michael López fuera asesinado a machetazos, Escobar sonrió”, recordó la fiscal Geraci.
Según los acusadores dicen López (20) y tres amigos adolescentes -Justin Llivicura (16), Jorge Tigre (18) y Jefferson Villalobos (18)- fueron ejecutados por MS-13 después de que varios de ellos publicaran fotos con símbolos de pandillas, en un aparente esfuerzo por atraer a las niñas.
Escobar y Gómez supuestamente los llevaron al parque Central Islip para fumar marihuana, mientras una turba de gánsteres MS-13 esperaba para emboscarlos. Sólo una de las víctimas previstas, Elmer Alexander Arteaga Ruiz, salió con vida corriendo, y pudo testificar contra Escobar.
Los abogados de Escobar han afirmado en el juicio que ella no sabía que las víctimas serían atacadas. Su prima Cindy Escobar dijo a la prensa afuera de la corte que la acusada había tenido una infancia difícil, sin padres.