Este 5 de abril entran en vigor los aranceles recíprocos anunciados el miércoles por Donald Trump. Guatemala y otros 183 países serán los primeros en recibir una tarifa aduanera mínima del 10%.
El arancel global del 10 por ciento que el presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el pasado miércoles entró en vigor este sábado 5 de abril a las 00:01 hora local de Estados Unidos (04:01 GTM), en una medida que amenaza con provocar aún más turbulencias en las bolsas mundiales.
El miércoles 2 de abril, en una jornada bautizada como “El Día de la Liberación”, Trump anunció ese gravamen del 10 por ciento a 184 países y territorios, además, de la Unión Europea (UE), y que, en algunos casos, incrementó hasta 20 por ciento para productos europeos o el 34 por ciento para importaciones chinas.
El presidente Donald Trump lanzó una ofensiva comercial generalizada con aranceles masivos contra China y la Unión Europea y del 10% para buena parte de los países latinoamericanos.
El republicano lo considera una “declaración de independencia económica” para impulsar una “edad de oro” de Estados Unidos, pero la oposición demócrata y muchos economistas predicen un shock recesivo inmediato acompañado de una subida de la inflación.
“Durante décadas, nuestro país ha sido saqueado, violado y devastado por naciones cercanas y lejanas, aliadas y enemigas por igual”, soltó en los jardines de la Casa Blanca antes de desgranar una lista de los socios comerciales afectados.
La ofensiva de la Casa Blanca consiste en una tarifa aduanera mínima del 10% para todas las importaciones, a lo que se añaden recargos para ciertos países considerados particularmente hostiles en términos comerciales.
Estos recargos están calculados para reflejar también las llamadas barreras no arancelarias que estos países imponen a la entrada de productos estadounidenses, por ejemplo, las regulaciones sanitarias y los estándares ambientales.
La factura es salada para China, cuyos productos serán gravados con un 34%, y para la Unión Europea, a la que se reservó el 20%. Los aranceles serán del 24% para Japón, el 26% para la India y el 31% para Suiza.
Varias economías latinoamericanas figuran en el listado: Brasil, Colombia, Argentina, Chile, Perú, Costa Rica, República Dominicana, Ecuador, Guatemala, Honduras y El Salvador. Aplicará el 10% a todas sus importaciones. El índice será más alto para Nicaragua: el 18%.
Donald Trump dijo que es benévolo en comparación con los aranceles que los países imponen a los productos estadounidenses.
Las nuevas tarifas aduaneras se aplicarán en dos fases: el 5 de abril a las 04H01 GMT entra en vigor aquellas de al menos el 10% sobre todos los productos que ingresan en Estados Unidos, y el 9 de abril a las 04H01 las más altas.
México y Canadá, los socios de Estados Unidos en el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (T-MEC), se libran de los nuevos impuestos, pero siguen sometidos a los anunciados para incitarlos a combatir la migración ilegal y el tráfico de fentanilo.
“En este momento, Canadá y México siguen sujetos a la emergencia nacional relacionada con el fentanilo y la migración, y ese régimen arancelario se mantendrá mientras persistan esas condiciones, y estarán sujetos a ese régimen, no al nuevo”, declaró a periodistas un funcionario de la Casa Blanca.
Esto significa aranceles del 25% (10% para los hidrocarburos canadienses) salvo los productos contemplados en el T-MEC.
Trump siente fascinación por el proteccionismo de finales del siglo XIX y principios del XX en Estados Unidos y ve los gravámenes casi como una varita mágica capaz de reindustrializar el país, requilibrar la balanza comercial y eliminar el déficit fiscal.
Desde que en enero regresó a la Casa Blanca ha aumentado las tarifas no solo a sus vecinos sino también a China, y sobre el acero y el aluminio independientemente de su origen.
El jueves a las 04H01 GMT, Washington impuso igualmente un arancel adicional del 25% a los automóviles y componentes fabricados en el extranjero.
Teóricamente habrá una excepción: los vehículos ensamblados en México o Canadá estarán sujetos a un impuesto del 25% sólo sobre la parte de piezas sueltas que no proceden de Estados Unidos.