lunes, diciembre 23, 2024

Harris, de gira en el Sudeste Asiático para contrarrestar la influencia china

La vicepresidenta de Estados Unidos (EEUU), Kamala Harris, inició este domingo en Singapur una gira de cinco días que le llevará también a Vietnam con el objetivo de fortalecer las relaciones con una región prioritaria para la Administración del presidente norteamericano, Joe Biden.

La vicepresidenta, que llegó a bordo del Air Force 2 a las 10:50 hora local a la base aérea de Paya Lebar, destacó en Twitter la importancia del Sudeste Asiático como centro de la región indopacífica, en la que EEUU trata de contrarrestar la fuerte influencia de China.

“El Sudeste Asiático y el Indo-Pacífico son de una importancia crítica para la seguridad y la prosperidad de Estados Unidos”, dijo poco después de ser recibida en la pista de aterrizaje por el ministro de Exteriores singapurense, Vivian Balakrishnan.

La vicepresidenta estadounidense iniciará su agenda oficial en Singapur este lunes, cuando se reunirá con el presidente de la ciudad-estado, Halimah Yacob y con el primer ministro Lee Hsien Loong y concluirá el martes, con una visita a la base militar de Changi y una charla ante un grupo de empresarios, donde estará el ministro de Comercio e Industria, Gan Kim Yong.

Tras el evento, partirá hacia Vietnam, donde se reunirá con líderes del país y mantendrá un encuentro virtual sobre la covid-19 con ministros de Sanidad de varios países de la región antes de concluir el jueves su gira por el Sudeste Asiático.

El viaje de Harris, que se convertirá en la primera vicepresidenta estadounidense en realizar una visita oficial a Vietnam, es percibido por los analistas como un paso más en la estrategia de Biden por ganar influencia en una región en la que China ha reforzado su presencia durante el mandato de Donald Trump.

Harris llegó a Singapur apenas un mes después del periplo por Singapur, Vietnam y Filipinas del secretario de Defensa, Lloyd Austin y de las múltiplies reuniones virtuales que el secretario de Estado, Anthony Blinken, ha mantenido con ministros de Exteriores de la región.

El propio Biden tuvo su primer encuentro virtual con muchos de ellos en julio durante el Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC), en que recalcó que su país seguirá “profundamente comprometido” con el Pacífico durante las generaciones próximas y abogó por un Indo-Pacífico “libre y abierto”.

Según indicó la Casa Blanca en un comunicado del 31 de julio, la vicepresidenta departirá con los líderes de ambos gobiernos “acerca de asuntos de interés mutuo, incluida la seguridad regional, la respuesta global a la pandemia de la covid-19 (y) el cambio climático” y de sus esfuerzos conjuntos para promover “un orden internacional sustentado en reglas”.

Tanto Singapur como Vietnam han cobrado una creciente importancia para la economía de EEUU; Singapur como centro financiero de referencia en la región y sede asiática de grandes empresas como Microsoft y Google y Vietnam como alternativa manufacturera a China.

Estados Unidos tiene un acuerdo comercial bilateral con la ciudad-estado que entró en efecto en 2004, y desde entonces el intercambio bilateral ha crecido más de un 60%, hasta llegar a más de 47.000 millones de dólares en 2019.

Según el Departamento de Estado, Estados Unidos es la mayor fuente de inversiones extranjeras en Singapur, con unos 230.000 millones de dólares en 2018.

Por su parte, Vietnam ha acogido en los últimos años un número creciente de empresas estadounidenses, como Apple, que trasladaron parte de su producción desde China a raíz de la guerra comercial desatada durante la presidencia de Donald Trump y al menos coste laboral del país indochino.

Las estadísticas del Departamento de Comercio muestran que el comercio de bienes entre Estados Unidos y Vietnam creció de 1.500 millones de dólares en 2001 a 77.600 millones de dólares en 2019.

Los dos antiguos enemigos, que restablecieron sus relaciones diplomáticas en 1995, se han acercado en los últimos años, con acuerdos militares y económicos ante el intento de Vietnam por reducir su dependencia con China, con quien mantiene además tensiones territoriales.

La apelación de la Casa Blanca a un orden internacional “sustentado en reglas” puede ser interpretada como una alusión al conflicto por las islas Spratly y Paracell, que China reclama para sí y cuya soberanía reivindican total o parcialmente Vietnam, Filipinas, Malasia, Taiwán y Brunéi.

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