Un bombardeo israelí golpeó esta madrugada la sede del gobierno del movimiento islamista Hamás en Gaza, en el cuarto día consecutivo de la ofensiva israelí pilar defensivo en la franja palestina, que ya ha provocado la muerte de 39 palestinos.
Hasta la pasada medianoche, la cifra era de 29 fallecidos, a los que en las últimas horas se sumaron dos heridos que perecieron por la gravedad de su estado y otros siete palestinos que murieron en distintos bombardeos.
A primera hora, un hombre falleció en un bombardeo aéreo israelí al este de la localidad de Jan Yunes, mientras otros tres murieron en un ataque similar al este del campo de refugiados de Al-Mughazi, según Ashraf Al-Quedra, portavoz del Ministerio de Sanidad en Gaza, que cifró los heridos en 300 desde el inicio de la ofensiva israelí.
Además, otras tres personas murieron a primera hora en otro bombardeo de la aviación israelí al este de la ciudad de Rafah, en el sur de la franja, según la televisión Al-Aksa, vinculada a Hamás.
Israel ha bombardeado desde la medianoche pasada al menos 180 objetivos en la franja de Gaza, incluidas las oficinas del primer ministro de Hamás, Ismail Haniye, dijeron fuentes del Ejército israelí.
Según fuentes oficiales palestinas, entre los blancos atacados en las últimas horas se encuentran la sede del Gobierno de Hamás en la franja, el estadio Palestina y un centro de deporte y juventud adscrito al Ministerio de Deporte, así como el complejo central de la Policía de Hamás en Gaza y otras comisarías.
“PAGARÁ UN ALTO PRECIO”
Además, fueron alcanzadas dos viviendas pertenecientes a destacados funcionarios del Ejecutivo de Hamás: una en el campo de refugiados de Yabalia, al norte, y otra en la capital de la franja.
El portavoz de Hamás en Gaza Sami Abu Zuhri advirtió en un comunicado que Israel “pagará un alto precio por sus crímenes” y que “ha sobrepasado todas las líneas rojas”.