Cientos de colonos israelíes atacaron hoy el pueblo palestino de Burqa, en el norte de Cisjordania ocupada, lanzando piedras a palestinos e incluso quemaron una casa en respuesta a la muerte ayer de un joven colono tras recibir disparos por parte de agresores palestinos.
El tiroteo se produjo ayer en el asentamiento ilegal de Homesh, cuando tres colonos israelíes se desplazaban en coche de una yeshiva (una escuela judía) allí instalada al asentamiento colono próximo de Shavei Shomron, donde residían.
El conductor, identificado como Yehuda Dimentman, de 25 años, murió por los disparos; mientras que los otros dos resultaron heridos leves por el impacto de los cristales rotos.
Cientos de colonos de Shavei Shomron acudieron hoy al funeral de Dimentman en Homesh -un asentamiento ilegal que las autoridades israelíes desmantelaron en 2005, pero que todavía es objeto de disputa-, donde murió y desde donde partió el cortejo fúnebre que terminó en Jerusalén.
De camino pasaron por el poblado palestino de Burqa, situado cerca de Nablus, donde lanzaron piedras contra viviendas e incluso prendieron fuego a una casa, gritando “esta tierra es nuestra”.
La connivencia de las instituciones y la impunidad de estas agresiones han sido consideradas por la ONG israelí Btselem como “violencia de Estado”, ya que muchos políticos israelíes apoyan estas acciones, incluido el primer ministro y exlíder colono, Naftali Benet, quien recientemente se refirió a esta violencia como “marginal” y definió a los colonos como “el muro protector” de Israel en Judea y Samaria, término bíblico con el que se refieren a Cisjordania, ocupada militarmente por el Estado judío desde 1967.
En el último mes también se ha producido un repunte de los ataques de palestinos contra israelíes, tanto en Cisjordania como en Jerusalén este ocupado, siendo el suceso de ayer en Homesh el noveno en menos de un mes, aunque no hay un patrón común entre ellos y responden a la iniciativa individual de palestinos que necesariamente no militan en ningún grupo.
Uno de los ataques más graves ocurrió el pasado 21 de noviembre, cuando un palestino abrió fuego con un fusil semiautomático cerca del Muro de los Lamentos en la Ciudad Vieja de Jerusalén -en la mitad este ocupada- y mató a un joven israelí e hirió a varios agentes.
El atacante sí era militante del movimiento islamista palestino Hamás, aunque no actuó bajo órdenes del grupo, considerado terrorista por Israel, Estados unidos y la Unión Europea.
Otro grupo de extremistas colonos también agredió a palestinos y destrozó propiedades en la aldea cercana de Qaryut, donde tres palestinos resultaron heridos.
Los asaltantes, haciéndose pasar por soldados del Ejército israelí, irrumpieron en la casa de una familia, rompieron muebles y golpearon intensamente al palestino Wael Moqbel, cuyas fotos con la cara hinchada y amoratada se han hecho virales en las redes sociales.
Los ataques de colonos contra palestinos en Cisjordania ocupada, aunque no son nuevos, se han intensificado mucho en los últimos meses. En lo que va de año, se han registrado 332 ataques contra propiedades palestinas y 118 contra residentes que resultaron heridos, cifras que ya superan con creces las de 2020.