A tan solo momentos de su lanzamiento, el cohete más potente jamás creado exploto, la nave sufrió una desintegración rápida según informo la empresa de Elon Musk.
El Starship de SpaceX, el cohete más grande y más potente que se ha creado, explotó poco después de despegar de su plataforma de lanzamiento en Boca Chica, Texas.
Antes de desintegrarse, el primer vuelo de la nave de la empresa de Elon Musk logró pasar un punto clave: despejar la torre de lanzamiento y despegar hacia el cielo.
Fue en el punto en que el propulsor Super Heavy debía separarse de la nave cuando las cosas salieron mal. El propulsor comenzó a dar vueltas y luego hubo una explosión.
SpaceX dijo que lo sucedido fue una “desintegración rápida no programada”.
Pero como señala la editora de ciencia Rebecca Morelle, a pesar de que la compañía quería que esta prueba fuera más allá, no dirán que se trató de un fracaso.
En la sede de SpaceX se escucharon vítores, incluso cuando el cohete y la nave se convirtieron en humo.
El hecho de que el cohete haya despegado es un buen comienzo: la empresa de Elon Musk ahora evaluará qué salió bien y qué salió mal, y luego lo intentarán de nuevo.
“¡Felicitaciones al equipo de SpaceX por un emocionante lanzamiento de prueba del Starship! Aprendí mucho para el próximo lanzamiento de prueba en unos meses”, tuiteó Elon Musk minutos después de que explotara el cohete.
La Administración Federal de Aviación, que autoriza los lanzamientos de cohetes en Estados Unidos, dijo que supervisaría una investigación sobre lo sucedido. Un portavoz del organismo dijo que esta era una práctica estándar cuando un vehículo se pierde en vuelo.