Julia se debilitó el domingo a tormenta tropical después de tocar tierra en la costa caribeña de Nicaragua como huracán de categoría 1, donde dejó lluvias torrenciales y severas inundaciones que se prevé continúen hasta el lunes en el norte de Centroamérica y el sur de México.
El ciclón impactó en la zona de Laguna de Perlas con vientos de 140 kilómetros por hora, los cuales se debilitaron poco después a 110km/h mientras dejaba fuertes precipitaciones a su paso por Nicaragua.
Las autoridades no reportaron de forma inmediata la pérdida de vidas.
Julia se encontraba a 105 kilómetros al este-noreste de Managua el domingo por la mañana, de acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos. Se movía hacia el oeste a 24 km/h.
Se prevé que llegue al Pacífico el domingo por la noche y avance por las costas de Honduras, El Salvador y Guatemala el lunes. Las autoridades estaban desde el sábado en estado de alerta ante las fuertes lluvias previstas porque al estar al final de la temporada y con el terreno ya muy húmedo y saturado de agua, existe la posibilidad de inundaciones y aludes.
El domingo por la mañana el gobierno nicaragüense, a través de sus medios oficiales, sólo había reportado inundaciones en Bluefields, Corn Island y la ciudad de Diriomo, además de daños en carreteras de otros puntos del país, pero todavía se desconoce el impacto en muchas áreas de costa caribeña.
En las islas cercanas a Laguna de Perlas, donde Julia tocó tierra como huracán, el ciclón arrancó techos de viviendas, según publicaciones de pobladores en redes sociales.
El Sistema Nacional de Atención de Desastres indicó que casi 7.000 personas fueron evacuadas de los Cayos Perlas y cientos más de las zonas de riesgo en Laguna de Perlas, que tiene más de 18.000 habitantes.
Agregó que tienen 345 refugios temporales habilitados en escuelas, colegios e iglesias, con capacidad de albergar hasta 69.000 personas en distintos puntos del litoral.
En Guatemala, las autoridades comenzaron a informar el domingo de las primeras inundaciones y desbordes de ríos en la zona fronteriza con Honduras. Las tormentas de mayo a septiembre se cobraron la vida de medio centenar de personas en el país y dejaron casi 10.000 damnificados, según datos oficiales.