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Los graves delitos que están cometiendo los niños en Suecia

Las pandillas reclutan a niños que sean menores de 15 años, pobres o extranjeros con problemas y les pagan para ser mercenarios.

La cantidad de asesinatos en los que están implicados menores de edad en Suecia —país con la tasa de violencia armada per cápita más alta de la UE—, ha aumentado drásticamente durante el último año. De acuerdo con la Fiscalía sueca, el número de casos en los que el sospechoso es menor de 15 años aumentó de 31 en los primeros ocho meses de 2023 a 102 en el mismo período de este año.

Los niños son reclutados por intermediarios de pandillas en las redes sociales y reciben hasta 150.000 coronas (13.648 dólares) por asesinato. “Los reclutan para enfrentamientos con los que no tienen ninguna conexión; son simplemente mercenarios”, explicó Sven Granath, profesor de criminología de la Universidad de Estocolmo.

Los delincuentes suelen usar a niños de origen pobre o extranjero que a menudo tienen dificultades en la escuela, tienen problemas de adicción o ya han desafiado la ley. El requisito más importante es que sean menores de 15 años ya que esa es la edad en la que empieza la responsabilidad penal en caso de ser juzgados.

“Está organizado como una especie de mercado de trabajo donde las misiones se publican en foros de discusión y las personas que aceptan las tareas son cada vez más jóvenes”, indicó Johan Olsson, jefe del Departamento Nacional de Operaciones de la Policía sueca.

Mientras algunos menores escogen el camino delictivo en búsqueda de dinero, adrenalina, reconocimiento o un sentido de pertenencia, los subcontratistas criminales los utilizan para “no correr ningún riesgo”, situándose a ellos mismos y a sus líderes en lo más alto de la cadena. “Se esconden detrás de seudónimos en las redes sociales y ponen varios filtros entre ellos y el culpable”, explicó Tony Quiroga, comandante de Policía de la ciudad de Orebro, al oeste de Estocolmo.

Según el Consejo Nacional para la Prevención del Delito, los menores son un instrumento ideal para el negocio de las pandillas, ya que una vez pasan a formar parte de la banda es casi imposible que logren dejarla. Los adolescentes reclutados deben atraer a niños aún más pequeños, a la vez que más recientemente también se han detectado casos de uso de menores con discapacidades mentales debido a que es menos probable que levanten sospechas cuando se acercan a su objetivo.

A su vez, la Policía sueca afirma estar muy sorprendida no tan solo por la corta edad de los menores que aceptan convertirse en asesinos a sueldo, sino también por su falta de empatía hacia las víctimas y al ver que no expresan emociones al ser detenidos.

“Los investigadores me dicen que algunos de ellos están muy tranquilos, no lloran, no dicen nada o no hacen comentarios. Carecen totalmente de empatía”, afirma Carin Götblad, jefa de Policía del Departamento Nacional de Operaciones de Estocolmo.

“Algunas personas dicen que no entienden lo que han hecho. Puede que no entiendan del todo las consecuencias de lo que han hecho, pero si tienes 14 años y disparas a una persona en la cabeza, entenderás que ese hombre está muerto”, concluyó.

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