viernes, noviembre 22, 2024

“Nuestra paciencia se está agotando”, Biden molesto por las personas que se niegan a vacunarse

Republicanos en el Congreso de Estados Unidos, así como un líder sindical tronaron contra las nuevas órdenes de la Administración Biden sobre vacunación para controlar la COVID-19 que aplicarían a unos 100 millones de personas en el país.

En un intento por aumentar los niveles de vacunación y contener el coronavirus, el presidente Joe Biden anunció este jueves nuevas reglas de vacunación para empleados federales, empleadores con 100 trabajadores o más y personal de cuidado de la salud.

“Nosotros hemos sido pacientes, pero nuestra paciencia se está agotando, y tu negativa nos ha costado a todos”, dijo Biden sobre la resistencia de unas 80 millones de personas a ponerse una de las tres vacunas disponibles, Pfizer-BioNTech, Moderna o Johnson & Johnson.

“Aunque Estados Unidos está en mucha mejor forma que lo que estaba siete meses atrás cuando asumí la posición, tengo que darte un segundo dato: nosotros estamos en un tramo duro y va a durar por un tiempo”, argumentó Biden en el discurso ayer desde la Casa Blanca.

Entre las medidas anunciadas se encuentra la orden para que el Departamento del Trabajo le requiera a negocios con 100 empleados o más que su personal esté vacunado o se haga la prueba para detectar el coronavirus semanalmente.

De no cumplir con la disposición, los empleadores se enfrentan a multas de $14,000 por violación.

Otro de los decretos establece la vacunación mandatoria para 2.1 millones de empleados del Gobierno federal, que hasta ahora tenían la opción de no vacunarse si se sometían a pruebas de COVID-19 regularmente.

Una tercera orden establece el mismo requisito para todos los contratistas del Gobierno federal, y quienes quieran trabajar con la Administración.

El mandato de vacunación además aplica a empleados de instalaciones sanitarias de salud en EE.UU. que reciben subsidios federales de los programas Medicare o Medicaid, aproximadamente, unos 50,000 proveedores de salud en el país.

Poco después del anuncio de Biden, las voces en contra se hicieron sentir.

Larry Cosme, presidente de la Asociación Federal de Oficiales de Aplicación de la Ley (FLEOA), consideró que las órdenes convierten en villanos a los empleados.

“Esta orden ejecutiva convierte en villanos a los empleados por preocupaciones razonables e indecisión e inserta al Gobierno federal en decisiones médicas individuales”, planteó el líder de la unión que representa a unos 30,000 empleados federales.

“Las personas no se deben sentir incómodas por tomar una decisión médica razonable”, añadió el portavoz sindical al tiempo que argumentó que la vacunación debe ser promovida desde la educación y no la coerción.

Cosme no especificó si tomarán alguna acción legal contra el mandato, pero lo anterior no está descartado.

Republicanos en Washington también tronaron contra los planes de la Administración Biden para incrementar la vacunación en medio de la expansión de la variante Delta.

“Esto es absolutamente inconstitucional”, tuiteó el representante de Kentucky, Thomas Massie.

De forma similar reaccionó el representante de Alabama, Robert Aderholt, por la red social.

“Esto es inconstitucional”, alegó el republicano. “La Constitución de EE.UU. no le da al presidente este tipo de autoridad. En ningún sitio en el Artículo 2 de la Constitución vas a encontrar algo que remotamente le dé al presidente este tipo de poder”, insistió Aderholt.

Por su parte, el representante de Arizona Andy Biggs anticipó que presentará legislación para bloquear las nuevas órdenes de los demócratas.

“Yo voy a estar introduciendo legislación para bloquear este asalto atroz a la libertad de Estados Unidos”, lee un mensaje desde su cuenta de Twitter. “Nosotros debemos pelear contra los intentos para forzar los mandatos de vacunación a los estadounidenses”, puntualizó.

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