Este martes un motín y un incendio en una penitenciaria para mujeres dejo a más de 45 personas muertas y decenas de reclusas heridas, un hecho que ha conmocionado al país.
A 46 aumentó la cifra de víctimas fatales por el motín e incendio registrados el martes en la Penitenciaría Nacional Femenina de Adaptación Social (PNFAS), cárcel ubicada en Támara, departamento de Francisco Morazán, en Honduras, informó la portavoz de Medicina Forense, Issa Alvarado.
“La información que nos han dado es que ingresaron 46 cuerpos, pero recordemos que los fiscales y los médicos forenses siguen en la zona trabajando, siguen los equipos de levantamiento, entonces no sabemos si van a ingresar más cuerpos, esperemos que no”, declaró a la prensa.
En el último reporte del Instituto Nacional Penitenciario (INP), publicado la noche del martes, se dieron a conocer los nombres de apenas 17 de las reclusas fallecidas en la reyerta registrada en esta cárcel, también conocida como Centro Femenino de Adaptación Social (Cefas).
Además de las mujeres asesinadas, una decena de reclusas resultaron heridas y fueron trasladadas a un centro de salud para su atención.
Los hechos registrados el martes comenzaron con un enfrentamiento entre bandas rivales. La presidenta de la Asociación de Familiares de Privados de Libertad, Delma Ordóñez, dijo a la prensa que las integrantes de una pandilla ingresaron al sector de otra agrupación y la incendiaron.
“El módulo está completamente destruido, fue quemado en su totalidad”, detalló Ordóñez, tras detallar que se usaron armas de grueso calibre en la masacre, que habría sido entre integrantes de la Mara Salvatrucha y Barrio 18.
La viceministra de Seguridad, Julissa Villanueva, ordenó una “intervención inmediata”, incluyendo a militares, en la prisión, después de declarar una emergencia por la reyerta.
“No vamos a tolerar actos vandálicos ni tampoco irregularidades en esta cárcel”, dijo, a través de su cuenta en Twitter.
Posteriormente, en declaraciones a la prensa, Villanueva comentó que la reyerta era “producto de las acciones del crimen organizado”, en respuesta a la intervención anunciada por las autoridades en las cárceles.
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, manifestó su conmoción por estos hechos y señaló que fue algo planificado “por maras, a vista y paciencia de autoridades de seguridad”. La mandataria indicó que tomaría medidas.
Más tarde, designó a Gustavo Sánchez, quien hasta ahora se desempeñaba como director de la Policía Nacional, como nuevo ministro de Seguridad en sustitución de Ramón Sabillón.
El Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (CONADEH) instó al Gobierno hondureño a que investigue “a profundidad” la matanza.