Por un milagro, se emitió una orden judicial para detener la ejecución del acusado 90 minutos antes de la inyección letal.
A última hora fue suspendida la ejecución del condenado a muerte Robert Roberson, gracias a una orden judicial temporal emitida por un juez del condado de Travis.
La decisión se tomó apenas 90 minutos antes de que se llevara a cabo la aplicación de la inyección letal que se tenía programada para este jueves 17 de octubre. La orden fue solicitada por un comité de la Cámara de Representantes de Texas, que busca reevaluar la legalidad de la condena de Roberson.
La ejecución de Roberson, quien sostiene que fue condenado injustamente por la muerte de su hija de dos años hace más de dos décadas, ha sido objeto de intensas disputas legales en los últimos días. Varias apelaciones fueron rechazadas en los tribunales estatales, la junta de indultos de Texas negó su solicitud de clemencia el miércoles y la Corte Suprema de Estados Unidos se negó a intervenir.
La orden de restricción temporal fue concedida después de que el comité de la Cámara de Representantes de Texas emitiera una citación inusual para que Roberson testificara mientras reconsideran su caso. Según se informa, el comité busca investigar la validez de la condena basada en el síndrome del bebé sacudido, un diagnóstico que los defensores de Roberson argumentan ha sido desacreditado.
El caso de Roberson ha captado la atención nacional debido al diagnóstico de síndrome del bebé sacudido, que fue fundamental para su condena, un diagnóstico que ha sido cuestionado en años recientes.
Los abogados de Roberson sostienen que no se cometió ningún crimen y han presentado pruebas y testimonios de expertos que sugieren que su hija, Nikki, probablemente murió en 2002 a causa de una neumonía agravada por la medicación que le habían recetado.
El diagnóstico de síndrome del bebé sacudido, reconocido por la Academia Americana de Pediatría, ha sido objeto de escrutinio, especialmente en casos donde hay poca evidencia adicional de abuso. Los abogados de Roberson también argumentan que su autismo, diagnosticado después del juicio, influyó en su condena, ya que los investigadores interpretaron su aparente falta de emoción como un indicio de culpabilidad.
Más de la mitad de la Cámara de Representantes de Texas, dominada por republicanos, había pedido que se reexaminara el caso. Incluso, el detective que ayudó a condenarlo ahora cree en su inocencia. El novelista John Grisham solicitó también que se detenga la ejecución.
La ejecución de Roberson estaba prevista para este jueves 17 de octubre, y si no se lleva a cabo antes de la medianoche, se necesitará una nueva fecha, según Amanda Hernández, portavoz del Departamento de Justicia Criminal de Texas. Aunque las autoridades no han confirmado oficialmente el aplazamiento, los abogados del condenado y el comité que lo apoya creen que la ejecución está actualmente detenida.
La Corte Suprema no explicó su decisión de no intervenir, aunque la jueza Sonia Sotomayor expresó en un comunicado que el caso de Roberson presenta una “muestra seria de inocencia real”. Sin embargo, destacó que la Corte solo puede otorgar una suspensión si el acusado demuestra una “posibilidad significativa de éxito en los méritos” de una reclamación federal.
El caso ha reavivado el debate sobre el diagnóstico de síndrome del bebé sacudido y su papel en las condenas penales. Los abogados de Roberson argumentan que la comprensión de esta condición médica ha cambiado desde su juicio, y que fue condenado bajo una interpretación limitada de la misma cuando Nikki dejó de respirar y Roberson la llevó a la sala de emergencias el 31 de enero de 2002.
En 2016, la ejecución de Roberson ya había sido retrasada para permitir la presentación de nuevas pruebas médicas y de expertos. Sin embargo, el tribunal finalmente falló en su contra y también rechazó apelaciones para reconsiderar su condena bajo la ley estatal de “ciencia basura”, que permite desafiar condenas basadas en cambios en la ciencia utilizada en sus casos.
Un análisis reciente, señala que no hay pruebas concluyentes de que el simple acto de sacudir a un bebé pueda causar las lesiones internas observadas en estos casos. Los estudios más recientes sugieren que otras causas, como caídas o condiciones médicas subyacentes, podrían ser responsables de estas lesiones.