En el segundo día del operativo de búsqueda y captura de los seis reos palestinos fugados la madrugada del lunes de la prisión israelí de Gilboa, no hay rastro de su paradero; mientras crecen las críticas a los servicios de seguridad de Israel y el temor por un riesgo de una escalada de violencia, o incluso de atentado.
Las opciones que se barajan es que estén escondidos en Cisjordania ocupada, probablemente en Jenin -ciudad de la que proceden los seis-, o que hayan cruzado la frontera a Jordania, algo relativamente fácil, indicó una fuente de seguridad.
Sin embargo, los detalles sobre el caso están desde ayer por la tarde bajo orden de mordaza durante 30 días, según dictaminó la juez Donia Nassar, informó la Policía, cuerpo que lidera la investigación y las operaciones de búsqueda y captura.
Los seis fugitivos, todos condenados a cadena perpetua por terrorismo y considerados muy peligrosos por Israel, huyeron de esa prisión del noreste de Israel por un agujero abierto en el baño de la celda que compartían, que mediante los conductos de drenaje de la cárcel los llevó hasta un pozo de salida ubicado justo debajo de una torre de vigilancia, por lo que ni siquiera necesitaron cavar el túnel durante meses.
Según los informes policiales filtrados en los medios hebreos, se cree que los guardias se quedaron dormidos, un último golpe de suerte que permitió a los hombres correr por un campo hasta un vehículo en el que tuvieron más de tres horas para huir hasta que en la prisión se dieron cuenta alrededor de las 4.00 hora local del lunes (1 GMT) que no estaban en su celda.
Las cámaras de seguridad captaron en tiempo real cómo los seis presos salían del túnel, pero aparentemente no había ningún guardia supervisando los videos en vivo de vigilancia, señala la radio pública israelí Kan.
Esta huida de película -que en Israel todavía hoy tratan de asimilar mientras que en Palestina ha sido ampliamente celebrada- se trata de la mayor fuga de una cárcel israelí y ha revelado un gran fallo de los servicios se seguridad e inteligencia del país, que son hoy el blanco de las críticas en la prensa hebrea.
Más de 24 horas después, no hay rastro de los desaparecidos convertidos en héroes en las calles palestinas por esa “humillación a las fuerzas de la ocupación”, como se ha podido ver en miles de memes que han circulado en las redes sociales. En Jenin hasta se escucharon disparos de celebración.
Israel ha desplegado un amplio dispositivo en el que además de agentes de la Policía, participan los Servicios de Seguridad, del Ejército y de la Policía de Fronteras, con más de 200 puestos de control en carreteras, aviones, drones y perros rastreadores.
En el segundo día de búsqueda, oficiales de seguridad, bajo condición de anonimato, han alertado del riesgo de un posible atentado o escalada de violencia, y por eso la consigna es atrapar a los seis palestinos, vivos o muertos.
La huida podría tener como objetivo perpetrar un nuevo atentado o bien, otros palestinos envalentonados por su hazaña podrían acometer ataques para distraer a los agentes en su persecución.
Aparentemente el cabecilla de la escapada es el conocido preso Zakaria Zubeidi, excomandante en la ciudad cisjordana de Jenin del ala militar de Fatah, las Brigadas de los Mártires de Al-Aqsa, que desempeñó un papel clave durante la Segunda Intifada y cumplía condena por varios ataques mortales incluido un atentado contra la sede del partido Likud en 2002 que mató a seis personas.
Los otros cinco son Iham Kamamji, Monadal Infiat, Yakub Kadari y los hermanos Mahmud y Mohamed Aradeh, todos miembros de la Yihad Islámica -considerado grupo terrorista por Israel y EEUU-, y procedentes de las inmediaciones de Jenin, una de las ciudades más violentas de Cisjordania donde hay un gran número de milicianos y simpatizantes de la resistencia armada contra la ocupación israelí y con frecuentes redadas del Ejército que terminan en sangre.
El padre y el hermano de Kamami han sido citados hoy por el Ejército para ser interrogados, según medios palestinos.
Las fuerzas de seguridad temen que los fugitivos estén allí escondidos gracias al apoyo de residentes de Jenin que simpatizan con su causa, aunque la ciudad está desde ayer rodeada por tropas del Ejército israelí que han llevado a cabo intensas redadas en las casas, una ratonera de difícil escapatoria, por lo que se baraja la posibilidad de que hayan huido a Jordania.
Tampoco se descarta la opción de que estén en la Franja de Gaza, aunque parece improbable que hubieran podido llegar allí antes de dar la voz de alarma por su desaparición, por la distancia entre la prisión y el enclave, cuyos accesos están además férreamente controlados por las tropas israelíes.