La costa occidental de Alaska ha sido azotada por la tormenta que se ha manifestado desde el viernes por la noche, causando inundaciones que han derribado edificios y ha obligado a residentes a buscar refugio.
Mike Dunleavy, gobernador de Alaska, declaró el sábado un desastre para comunidades afectadas tras las fuertes lluvias, con carreteras llenas de agua y escombros.
En horas de la noche del sábado, Dunleavy reportó impactos en las carreteras, almacenamiento de petróleo y posiblemente diques. Autoridades estaban evaluando si la tormenta afectó los suministros de agua y los sistemas de alcantarillado en las ciudades del oeste de Alaska, agregó Dunleavy.
El director de la División de Seguridad Nacional y Manejo de Emergencias de Alaska, Bryan Fisher, precisó que unos 450 residentes de comunidades costeras han buscado refugio en escuelas.
De momento no hay informes de heridos o muertes relacionadas con la tormenta hasta el sábado por la noche, de acuerdo con el mayor general Torrence Saxe, de la Guardia Nacional de Alaska, agregando que “probablemente habrá una respuesta militar” con aviones utilizados para ayudar a evacuaciones en caso de ser necesarias.
De acuerdo con el Servicio Meteorológico Nacional (NWS), el agua aumentó su nivel el domingo en horas de la mañana, y se espera que en el transcurso del día alcance los niveles máximos por encima de la marea alta, de 3 a 5 pies en Deering, de 4 a 6 pies en Kotzebue, y de 5 a 7 pies en Shishmaref y Kivalina, catalogando estos números como “preocupantes”.
