La polémica estalla en Argentina: 19 condenados por crímenes de lesa humanidad fueron trasladados a la cárcel de Campo de Mayo, conocida por sus comodidades.
Un nuevo escándalo sacude a Argentina tras conocerse que 19 condenados por crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar (1976-1983) fueron trasladados desde una prisión común a la cárcel de Campo de Mayo, conocida por ofrecer condiciones privilegiadas a los internos.
La organización H.I.J.O.S (Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio) denunció públicamente esta medida, calificándola como un “premio” para los represores. “El único lugar para un genocida es la cárcel común”, expresaron en un comunicado, rechazando los argumentos penitenciarios sobre la necesidad de redistribuir población carcelaria.
El traslado, autorizado por el director general de Régimen Correccional, Gabriel Esteban Aquino, dependiente de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, ha despertado fuertes críticas entre organizaciones de derechos humanos y familiares de víctimas. Estos señalan que mientras el sistema carcelario argentino sufre graves problemas de hacinamiento, los represores gozarían ahora de condiciones privilegiadas.
El caso reaviva el debate sobre el cumplimiento efectivo de las condenas a los responsables de delitos de lesa humanidad. Las organizaciones exigen la inmediata reversión de esta medida y el mantenimiento de todos los condenados en condiciones carcelarias estándar.
