Este ataque sucedió en una zona muy popular de Estambul, las autoridades tienen en la mira a una mujer “sospechosa”.
Una explosión, provocada según las primeras investigaciones por un artefacto explosivo, y en la que presuntamente hay involucrada una mujer, ensangrentó Estambul y retrajo a Turquía las jornadas negras de siete años antes.
De acuerdo con las últimas informaciones oficiales, seis personas perdieron la vida y 81 resultaron heridas como consecuencia de la potente detonación. Pocos segundos después de la explosión, que tuvo lugar en el tramo de Istiklal que conecta la escuela Galatasaray con la plaza de Taksim, el pánico se desató.
Las fuerzas del orden, habitualmente abundantes en esa área justamente por razones de seguridad, se desplegaron rápidamente y acordonaron la avenida. Las ambulancias llegaron prestas.
Tanto el presidente, Recep Tayyip Erdogan, como su mano derecha Fuat Oktay indicaron que, según las primeras investigaciones, un artefacto presuntamente activado por una mujer produjo la detonación.
El Gobierno no ha descrito el suceso como “atentado suicida”, implicando la posibilidad de que la supuesta atacante no muriera en la escena de la explosión. Tampoco se ha identificado a la mujer. Ninguna organización ha reivindicado la acción.
“Sospechamos que fue un acto de terrorismo como resultado de que una atacante femenina detonó una bomba”, ha explicado Oktay a los medios el domingo por la noche. Poco antes, Erdogan había dado su pésame a las víctimas y prometido rendir cuentas con los culpables de lo que describió como un ‘vil ataque’. “Huele a terrorismo”, enfatizó el líder, quien aseguró que “las unidades relevantes de nuestro Estado están trabajando para encontrar a los perpetradores”.
A última hora de la noche, el ministro de Justicia, Bekir Bozdag, ofreció detalles sobre el momento del atentado. “Una mujer se sienta en un banco durante unos 40 minutos y, un tiempo después de levantarse, se produce una explosión”, declaró. “Se están analizando todos los datos sobre esta mujer”, añadió. “No hay más datos que los fragmentos encontrados en la escena”. A partir de las próximas pesquisas, aseveró, “se determinará de qué organización terrorista se trata”.
La Fiscalía General anunció la apertura de una investigación, para la cual ha destinado cinco fiscales. Apenas una hora después de la matanza, el Tribunal Penal y del Consejo Supremo del audiovisual decretaron un apagón informativo en televisión, radio y redes sociales, las cuales comenzaron a sufrir disfunciones.
Una medida habitual en este tipo de casos, que dificulta la cobertura de los hechos y que el Gobierno aprueba amparándose en la necesidad de “combatir la desinformación”.
Por la noche, el Departamento de Lucha contra la Ciberdelincuencia anunció que había emprendido acciones contra 25 cuentas en redes sociales bajo acusación de “hacer publicaciones provocativas”.