Los vuelos suborbitales de turismo espacial de Blue Origin han quedado suspendidos a la espera de una investigación de la Administración Federal de Aviación a causa de la anomalía en vuelo del pasado lunes.
No había pasajeros a bordo en ese momento, pero el aparente fallo del propulsor activó el sistema de escape de la cápsula del vehículo.
El aparente fallo del propulsor ocurrió 65 segundos después del lanzamiento de la misión NS-23 de Blue Origin, que despegó del lugar de lanzamiento de la compañía al oeste de Texas a las 10:27 am del lunes.
La anomalía hizo que el sistema de aborto del cohete se activara, disparando la cápsula sin tripulación lejos del propulsor. La cápsula realizó un aterrizaje exitoso asistido por paracaídas, pero el propulsor se estrelló contra el suelo en lugar de realizar su aterrizaje vertical habitual.
No se ha informado de heridos o daños a la propiedad, y todavía se están esperando noticias sobre el destino de las 36 cargas científicas y tecnológicas que participaron en NS-23. De estas cargas útiles, la mayoría pertenecía a la NASA.
El fallo del propulsor del lunes “es un recordatorio convincente de los riesgos de los vuelos espaciales”, dijo Don Beyer, presidente del Subcomité de Espacio y Aeronáutica del Comité de Ciencia, Espacio y Tecnología de la Cámara de Representantes, en un comunicado del gobierno.
“Me tomo muy en serio nuestro papel de supervisión en esta área. Esperaré más información de la Oficina de Transporte Espacial Comercial de la FAA cuando comience su investigación de la anomalía experimentada hoy”.