Desde los primeros minutos del partido se observó al conjunto de Mictlán desesperado por remontar el marcador global de 3-0 a favor de Mixco; y utilizaron juego sucio, antirreglamentario, con la complicidad del árbitro Sergio Reyna, que estaba “pisteado” o amenazado, porque fácil debió haber sacado la tarjeta roja en dos ocasiones: la primera al minuto 27 del primer tiempo, cuando el defensa de Mictlán Blady Aldana, con saña le metió tremendo codazo al capitán de Mixco, Jean Marquez, que le rompió el parpado, y tuvo que salir de la cancha y llevado a un sanatorio de Asunción Mita. Y luego al minuto 50 cuando el mismo jugador número 12, Aldana, pateó en el tobillo a Pozuelo, dentro del área, ni marcó penal, ni sacó la roja. Este arbitro Sergio Reina, debe ser sancionado por el consejo disciplinario de árbitros de la primera división, es una vergüenza para el fútbol nacional. Igualmente, la directiva del Club Atlético Mictlán, debe ser multada por no otorgarle un camerino al Deportivo Mixco, y exponerlos a la provocación de los aficionados, que los agredieron, porque su vestidor estaba en un toldo, atrás de la cancha. Una falta de ética deportiva total.
A pesar de todas estas adversidades, el Deportivo Mixco se plantó en el campo, y supo con calma detener la enjundia desesperada del equipo de Mictlán, que no pudo anotar ni un solo gol jugando como local, ante el enojo de sus aficionados, que se dieron cuenta, que el Deportivo Mixco ganó justamente, jugando estratégicamente, defendiendo, pero contraatacando cuando se pudo. Tres a cero, ganó Mixco. La afición en el parque central de Mixco, observó el partido desde la pantalla gigante que colocó el alcalde Neto Bran, y celebró el triunfo, apoyando a su equipo en todo momento.
Merecido triunfo. Mixco va a jugar la final, y a tratar de ganar ese medio boleto para regresar a la liga mayor, que es el objetivo.