Fuertes explosiones y flujo de lava mantienen en zozobra a la población que vive en zonas aledañas al coloso.
El coloso, cercano a la Ciudad de Guatemala, amaneció sábado furioso. Sus explosiones son visibles a kilómetros, mientras que los retumbos son sensibles en las comunidades aledañas en San Vicente de Pacaya, y en Escuintla.
Los pobladores han manifestado su temor, pues la fuerza del coloso es capas de destruir las localidades en cuestión de segundos. Sin embargo, manifiestan que no desalojan sus hogares, pues significaría perderlo todo.
Un grupo de ellos realizó un ritual hace unos días para intentar detener la actividad del coloso.
El pasado 24 de abril, las autoridades anunciaron la finalización de la fuerte actividad eruptiva. Sin embargo, días después, se formó una nueva fisura de la que emana un enorme río de lava que bloqueó el paso de algunas comunidades.
