El mandatario, Bernardo Arévalo, informo del aumento del salario mínimo en actividades no agrícolas y agrícolas, una decisión que aparentemente no puede traer solo beneficios.
El Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (Cacif) emitió un comunicado en el que exponen que el aumento al salario mínimo anunciado representa un desafío importante para la estabilidad económica y social del país.
“Incrementar el salario mínimo sin criterios técnicos adecuados compromete el aparato productivo principal de Guatemala, representado por las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes) y la fuerza laboral trabajadora”, destacó.
Por aparte la Cámara de Industria de Guatemala (CIG) analiza que el impacto recae en las Mipymes y que verán afecta su sostenibilidad de forma drástica.
El problema radica, explican en el comunicado, que no hay mejoras en la productividad y que además hay falta de infraestructura, demoras en puertos y demás factores.
Además, observan problemas para la actividad de inversión extranjera, pues el incremento del 6% para la actividad exportadora y de maquila, tendrá consecuencias para la atracción de inversión.
Cámara de Industria considera que este es un factor fundamental para la generación de más empleos.
Durante una cadena nacional el pasado domingo por la noche, el presidente Bernardo Arévalo anunció que el salario mínimo en actividades no agrícolas pasará de 3 mil 384 quetzales a 3 mil 723 quetzales.
Mientras que para la actividad agrícola tendrá un nuevo salario mínimo de 3 mil 593 quetzales, superior en 10 % al fijado anteriormente en 3 mil 266.
Por su parte, la remuneración para las actividades laborales vinculadas a la maquila y las exportaciones, que tuvo un aumento del 6% ordenado por Arévalo, pasó de 3 mil 093 quetzales a 3 mil 278 quetzales.