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EN IMÁGENES. Miércoles de ceniza en Parroquia Santo Domingo de Guzmán

Fieles católicos acudieron este día a una eucaristía especial que da paso a uno de los tiempos litúrgicos más importantes.

Atrás quedó el carnaval y el miércoles de ceniza abre el tiempo de reflexión de la Cuaresma. Miles de guatemaltecos escucharon hoy la invitación a arrepentirse y creer en el Evangelio, al tiempo que se les imponía una cruz de ceniza en la frente.

Para algunos católicos, es un día de ayuno y abstinencia de carne como un ejercicio de desprendimiento.

“Para profundizar nuestro conocimiento del Maestro, para comprender y acoger plenamente el misterio de la salvación divina, realizada en el don total de sí por amor, debemos dejarnos conducir por Él a un lugar desierto y elevado, distanciándonos de las mediocridades y de las vanidades”, manifestó el Papa Francisco.

El austero rito del miércoles de ceniza se celebra al menos desde el siglo XI aunque sus orígenes se remontan al Antiguo Testamento.

La ceniza, del latín «cinis», tenía ya un sentido simbólico de muerte y caducidad, así como de humildad y penitencia.

Rociarse la cabeza con cenizas manifestaba el arrepentimiento y la voluntad de convertirse en la tradición judía.

Ceniza

Las cenizas resultan de la quema de las palmas del Domingo de Ramos del año anterior. En la bendición de las cenizas, que se rocían con agua bendita y luego se sahúman con incienso, se usan cuatro antiguas plegarias.

Existen dos formas de colocarla; la primera es por medio de la elaboración de una cruz en la frente del fiel y la segunda es la esparción de las cenizas en la cabeza de quien participa de la eucaristía.

La imposición de la ceniza señala el inicio de la cuaresma, además de simbolizar penitencia y arrepentimiento. Por tal razón el sacerdote utiliza las siguientes formulas “Conviértete y cree en el Evangelio” o “Recuerda que polvo eres y en polvo te has de convertir”.

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