Por este crimen, pobladores quemaron a tres hombres, pero antes de morir, los hicieron confesar donde se encontraba el cuerpo del menor y los obligaron a desenterrarlo. La Policía busca a los otros implicados en este deleznable crimen.
Ayer dimos a conocer la noticia de que pobladores de Huehuetenango habían quemado a tres hombres señalados de secuestrar al menor Fredy Eliseo Méndez Pablo, de 11 años.
Detalles del caso
El menor habría sido secuestrado el pasado 11 de agosto. Los plagiarios enviaron a la familia una foto, en donde se podía ver al menor sentado en una especie de cuarto de block. A la par estaba un hombre con pasamontañas y portaba un arma de grueso calibre. Con esa prueba los delincuentes le exigieron a la familia Q150 mil por el rescate.
Sin embargo, la familia no solicitó ayuda del comando antisecuestros de la Policía Nacional Civil (PNC) y trataron de resolverlo por su cuenta. Consiguieron la mitad del dinero solicitado y se lo entregaron a los secuestradores en un lugar acordado.
Para su sorpresa, los secuestradores no entregaron al menor, por lo que se unieron miles de personas y coparon a los maleantes apaleándolos y entregándolos a las autoridades.
Agentes de la PNC les solicitaron a los plagiarios indicar donde estaba el menor, pero estos ya lo habían asesinado, por lo que los pobladores enardecidos, los golpearon hasta saber donde tenían el cuerpo y luego los quemaron. Los agentes localizaron en el lugar que indicaron los plagiarios, un automóvil y un picop, en la palangana, los tres cuerpos calcinados.
A 25 metros aproximadamente se localizó a la señora Francisca López García, de 53 años, sindicada de ser una de las secuestradoras, misma fue trasladad al Hospital Nacional, presentando una herida en el cuello y golpes en diferentes partes del cuerpo.
A su ingreso manifestó que “a eso de las 18:00 horas del día 22-08-2022, a su domicilio llegó una turba de personas, quienes la llevaron por la fuerza a una de las calles donde la agredieron físicamente con piedras y palos”.
Según los pobladores, las tres personas que tenían detenidas confesaron que ya le habían dado muerte al menor y que lo habían enterrado en el caserío Zacuil dos, atrás de la casa de uno de los presuntos responsables de haberlo secuestrado, y que un día antes se había dado a la fuga, por lo que los pobladores los llevaron hacia el referido caserío donde ubicaron casa y los detenidos les mostraron el lugar donde lo habían enterrado.
La turba hizo que los hombres lo desenterraran, localizando el cadáver del menor en una fosa séptica de aproximadamente tres metros de profundidad.
Detalles espeluznantes
El cuerpecito del menor estaba de forma vertical, enrollado en un poncho, amarrado con lazos. La cabeza cubierta con una bolsa de nylon negro. De forma extraoficial se sabe que tenía un impacto de bala en el cráneo. El cádaver del menor fue reconocido por la progenitora Marilú Pablo Domingo.
En el lugar donde encontraron al menor, dos hombres salieron corriendo con rumbo ignorado, ahora las autoridades los buscan por estar implicados en el crimen.
