Una integración política y económica para afrontar la crisis que ha dejado la pandemia por coronavirus y la urgencia de la solidaridad regional fueron los ejes de la VI cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) que se celebró hoy en Ciudad de México con la presencia de 18 jefes de Estado, dos vicepresidentes, 12 cancilleres y otros funcionarios.
En el discurso de bienvenida, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, propuso “construir en el continente americano algo parecido a lo que fue la comunidad económica que dio origen a la actual Unión Europea”.
La reunión estuvo marcada por la propuesta de crear un tratado económico regional continental que incluya a Estados Unidos y Canadá, las críticas y defensas a la Organización de Estados Americanos (OEA) así como el rechazo a la presencia en la cumbre del presidente venezolano Nicolás Maduro y críticas a gobiernos como Cuba, Nicaragua y Venezuela.
El respaldo a la Celac, en contra del papel de la Organización de Estados Americanos (OEA), estuvo reflejado en la importancia de la presencia del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y de los mensajes por video de apoyo remitidos por el presidente de China, Xi Jinping, y del secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres.
Como clausura de la reunión, el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, destacó que se han recaudado 15 millones de dólares para el fondo de desastres de la región y que se ha puesto en marcha la Agencia Espacial de Latinoamérica, además del compromiso regional para que los países no queden rezagados en el proceso de vacunación.
López Obrador insistió en su propuesta de crear un organismo similar a la Unión Europea en Latinoamérica y el Caribe y para ello deben llegarse a acuerdos en tres cuestiones básicas: la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, la cooperación para el desarrollo y la ayuda mutua para combatir la desigualdad y la discriminación.
Hizo un llamado a la integración económica con Estados Unidos y Canadá, “en un marco de respeto a las soberanías”, así como a terminar con bloqueos económicos y malos tratos.
Dijo que la Celac puede ser su principal instrumento para consolidar relaciones entre países, comprometiéndose a respetar las decisiones internas de cada uno.
Por ello, propuso construir un acuerdo y firmar un tratado con Estados Unidos y Canadá, para fortalecer el mercado interno en el continente americano.
Luis Arce, presidente de Bolivia, fue el primero en levantar la voz en contra de la OEA pues aseguró que este organismo “no sirve” y reclamó un organismo “que funcione con prácticas democráticas y que responda a la realidad respaldando la soberanía de los países y sin que haya interferencias”.
La reunión estuvo marcada por las críticas que hicieron algunos mandatarios a la participación en la cumbre del presidente venezolano, Nicolás Maduro, quien el viernes viajó por sorpresa a México para participar en el evento.
“Mi presencia en esta cumbre en ningún sentido ni circunstancia representa un reconocimiento al gobierno del señor Nicolás Maduro. No hay ningún cambio de postura de mi gobierno, y creo que es de caballeros decirlo de frente”, dijo Benítez, mientras veía al mandatario venezolano presente en la sala.
La calle Pou cuestionó directamente a Cuba, Venezuela y Nicaragua, y dijo que no se podía ser complaciente “cuando no hay democracia plena, separación de poderes y se utiliza los aparatos del Estado para reprimir a los disidentes y encarcelar a los opositores”.
En respuesta, Maduro dijo que se debe “pasar la página del divisionismo que se instaló en la América Latina, del acoso a la revolución bolivariana y ahora del acoso incesante a la revolución cubana y nicaragüense, ese no es el camino”, aseguró.
Maduro retó a los presidentes de Uruguay y Paraguay a poner “la fecha y el lugar para un debate” sobre la democracia.
La lucha contra el cambio climático y el acceso universal a las vacunas contra la covid-19 estuvieron entre las principales preocupaciones que mostraron los presidentes de la región.
Coincidieron en la urgencia de que las naciones reciban financiamiento para afrontar la crisis climática, pues especialmente Centroamérica y el Caribe son más vulnerables ante los eventos climáticos extremos, pero también están entre los menores emisores de gases de efecto invernadero.
Carlos Alvarado, presidente de Costa Rica, expresó que “el Caribe y Centroamérica somos especialmente vulnerables a los climas extremos”, pero advirtió que “en nuestra región están las soluciones”.