Esto ha provocado que la asistencia a los centros de vacunación no sea lo concurrido que la gente imagina. Esto lógicamente no beneficia a la población, sino al gobierno, que aprovechando la coyuntura de no contar con suficientes vacunas… pero tampoco con abundante registro y asistencia por parte de la población; aprovecha para saltarse rápidamente a la fase siguiente de la vacunación. Lo cual a la larga nos perjudicará a todos, porque habrá un gran segmento de población de las distintas fases, que no estará vacunada, y sí propensa a contagiarse y a contagiar.
Las redes sociales son, en parte, responsables de generar una campaña de desinformación al respecto de las vacunas contra el Covid-19, que incluye desinformación maliciosa, teorías de conspiración basadas en pseudociencia y hasta reportes que, aunque seguramente bien intencionados, se han hecho sin un entendimiento de las bases científicas de la enfermedad y más basadas en sensacionalismo.
POR ESO AQUÍ UN BREVE RESUMEN DE LAS PRINCIPALES PREGUNTAS O TEMORES RESPECTO A LAS VACUNAS CONTRA EL COVID.
- ¿Qué puedo esperar al recibir la vacuna?
La gran mayoría de personas experimenta simplemente un poco de dolor en el área de la vacuna. Posiblemente un poco de cansancio, dolor de cabeza. Algunos otros una fiebre leve y dolores de cuerpo. Por lo general estos síntomas no duran más de 48 horas. Estos leves efectos no son nada en comparación con las potenciales manifestaciones severas de la COVID-19 y sus secuelas.
- ¿Puedo contagiar a alguien si recibo
la vacuna?
Absolutamente NO. La vacuna no contiene el virus completo, por lo que no se desarrolla la enfermedad.
- ¿Es cierto que las vacunas no sirven en personas mayores de 65 años?
NO es cierto. Sí sirven. Es más, las personas mayores están a un riesgo mayor de efectos severos de COVID-19 y por lo tanto, son las que más deben de protegerse. Si bien es cierto que el sistema inmune tiende a perder potencia con la edad, es aún efectivo en personas mayores.
- ¿Es cierto que las vacunas contienen micro-chips para luego poder seguirme?
Absolutamente NO. Se ha mencionado que las vacunas de ARB están envueltas en “nanopartículas lipídicas”. Esto se refiere a las pequeñas burbujas de lípidos que envuelven al ARN. No son de ninguna manera “microchips”.
- ¿Son las vacunas seguras?
Seguras Sí, 100% NO. Ninguna medicina es 100% segura, incluyendo a la aspirina y el paracetamol. Sin embargo, los estudios clínicos de las vacunas se realizaron precisamente para comprobar que fuesen seguras. Este es el criterio principal para su aprobación. Aparte de efectos secundarios relacionados con la activación del sistema inmunológico (lo cual es normal con una vacuna), que por lo general son leves a moderados y duran menos de 48 horas, hubo un número muy reducido de reacciones que necesitaron atención médica. La tasa de reacciones alérgicas severas fue de aproximadamente 1 en cada 100,000 vacunas. Es por eso que se recomienda una observación médica de por lo menos 15 minutos después de recibir la vacuna por precaución. Para ponerlo en perspectiva, tenemos más probabilidades de sufrir un accidente cada vez que salimos en carro o nos subimos a un avión.
- ¿Es cierto que las vacunas pueden causar cáncer, esterilidad, impotencia?
NO. El ARN o ADN de la vacuna no se incorpora en nuestras células. Simplemente cumplen su cometido de instruir a nuestras células a producir la proteína S para luego desaparecer de la célula.
¿Cuánto dura la protección de la vacuna?
¿Tendremos que vacunarnos cada cierto tiempo? Esta es una de las preguntas que aún se hacen los científicos también. Se sabe que los anticuerpos producidos por la enfermedad tienden a disminuir al cabo de 6-12 meses. Sin embargo, sabemos que la memoria inmunológica dura mucho más, así que es posible que la protección dure mucho más de un año y por lo menos varios.
- ¿SON TODAS LAS VACUNAS CONTRA LA COVID-19 IGUALES?
NO, aunque la finalidad es la misma: exponer a nuestro sistema inmunológico a partes (proteínas) del virus del SARS-CoV-2. En el caso del COVID-19 los científicos han identificado a la proteína S (espícula) del virus como la proteína clave para las vacunas. Esta es la proteína que le permite al virus invadir nuestras células y causar enfermedad. Hay ciertas vacunas que se basan en inyectar a la proteína S (o fragmentos) preparados en el laboratorio. Estas se conocen como vacunas de subunidades. Sin embargo, las vacunas más modernas y las que han sido ya aprobadas, se basan en que sean nuestras propias células las que produzcan la proteína S, introduciendo en ellas las “instrucciones” en forma de moléculas conocidas como ADN o ARN. Con estas instrucciones, nuestras células producen la proteína S del virus, permitiendo que nuestro sistema inmune la reconozca y genere una respuesta protectora.
Aclaración:
Este artículo es un resumen que contiene las preguntas y respuestas que publicamos hace un par de meses en nuestra edición semanal, escrito por el connotado Doctor Rafael Fernández Botrán, con grado de Doctorado (Ph.D.) en Microbiología e Inmunología del Centro Médico de la Universidad de Kansas. Actualmente catedrático e investigador radicado en Los Estados Unidos, donde es altamente reconocido como científico. El doctor Botrán aclaró que no es su intención convencerlos que reciban o no la vacuna. Esta es una decisión que cada quien deberá tomar por sí mismo.