Nacida de una antigua fabula, la Misa del Gallo es una celebración por el nacimiento de Jesús.
Diciembre es un mes lleno de acontecimientos religiosos para los católicos, que culmina con la celebración de la Navidad.
Se conmemora el nacimiento de Jesús. En esas fechas se lleva a cabo la popular “Misa de Gallo”, también conocida como “Misa de vigilia” y “Misa de la aurora”.
Su particular nombre viene del “ad galli cantus”, que en latín significa “el canto de gallo”.
Así se le denominaba el momento en el que inicia el nuevo día, según las antiguas tradiciones romanas.
De acuerdo con los historiadores, la tradicional liturgia tiene su origen en el siglo V, de la mano del Papa Sixto III.
Él estableció la costumbre de festejar una misa de vigilia nocturna para festejar el día del nacimiento del Mesías.
Hay quienes creen que viene de una antigua fábula sobre el nacimiento de Jesús.
Se cree que había un gallo en el establo, el cual fue el primer ser vivo testimonio del acontecimiento y el encargado de anunciarlo al mundo.
Primero le avisó a la mula y al buey, después a los pastores y sus ovejas.
Por último, se encargó de esparcir la noticia a las personas que vivían en los alrededores.
De esa forma, la llegada al mundo del Mesías fue anunciada al “canto del gallo”.
Esta celebración religiosa se lleva a cabo en todas las iglesias y parroquias de cada diócesis a lo largo del mundo.
Se realiza en la Nochebuena, el 24 de diciembre, sin embargo, a diferencia de lo que indica su nombre, la Misa de Gallo no es al amanecer.
Habitualmente se lleva a cabo en la víspera de la Navidad a la medianoche para festejar el acontecimiento de la llagada del Hijo de Dios con una misa.
Sin embargo, en algunas ocasiones, el horario de esta liturgia especial se adapta a las necesidades de la comunidad y puede adelantarse.