Desde las ocho de la mañana un grupo no tan numeroso de los que se hacen llamar veteranos militares, “acarreados”, porque varios buses se encontraban parqueados frente a la catedral y alrededores del parque central; y otros frente al Congreso de la república, obstruyendo el paso por la octava avenida al tráfico vehicular, que a esa hora es voluminoso por esa área.
Sumado a este grupo de veteranos militares, que no parecen tan veteranos la verdad, como para haber peleado el conflicto armado de los años setentas y ochentas; se encontraban parapetados en la novena calle, un reducido grupo de policías nacionales civiles, supuestamente resguardaba el orden.
No les puse mucho coco, más bien los maltraté porque debido a ellos, iba tarde a la misa de celebración de aniversario de bodas con mi esposa a la iglesia de Santo Domingo. Posterior a la misa ya a eso de las once y media, continuaban allí, solo que el grupo de veteranos militares era ya más numeroso.
Nosotros con mi familia continuando el plan trazado, nos dirigimos al restaurante San Martín, ubicado en la sexta avenida. Salimos de allí como a las dos y media de la tarde, y mi vocación periodística, hizo que detuviera a un pequeño grupo de dizque veteranos militares, que se dirigían a reunirse con los otros, que se ubicaban en la parte trasera del Congreso, en donde se encuentra el portón del estacionamiento de los diputados, que por hacerse los importantes, y porque hay un montón de narcos entre ellos, poseen carros último modelo de marcas famosas.
Este grupito de veteranos militares, todos con machete al cinto, de mala gana, posaron para la cámara de mi celular, y luego continuaron su ritmo de paso hacia el congreso. En esos momentos no imaginaba que recibiendo ordenes, de vaya a saber que superiores y qué tipo de líderes que tienen; iban a ingresar a la fuerza por el portón principal que va al estacionamiento del Congreso, y que iban a quemar varios vehículos, y con lujo de violencia, tomarían las instalaciones del Palacio Legislativo, y retendrían por horas a empleados y diputados presentes en el edificio parlamentario.
La verdad es que esta acción realizada por estos señores, dizque veterano militares, demuestra la incapacidad de las fuerzas policiales del país, como también sucedió en una acción similar, cuando estudiantes universitarios ingresaron y quemaron retratos y cuadros de expresidentes del Legislativo, en noviembre del 2020. Este tipo de acciones no pueden ser permitidas por el Estado, porque de lo contrario cualquier grupo puede extorsionar con actos de violencia, para exigir sus demandas, y entonces viene el caos.
Ya para cerrar esta nota, nosotros, como Periódico El Sol de Mixco, estamos en contra de que los mismos diputados del partido TODOS, dígase Felipe Alejos, hayan generado la iniciativa de ley 5664, ley de compensación económica por la prestación de servicio militar durante el enfrentamiento armado interno, con lo que están dando aliento a este grupo que se hace llamar veteranos militares, para que con ostentación de violencia exijan el pago, nada menos que de ciento veinte mil quetzales por persona. ¿Quiénes están detrás de este movimiento y cuáles son sus intereses? ¿Con qué dinero el país puede pagar esta monumental cantidad obscena de millones de quetzales?