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El Mero Chocolate de Mixco pasa por las manos de doña Olguita

Fuimos a buscar a doña María Olga Gómez de Bran, porque en innumerables ocasiones nos la habían mencionado, por ser una de las especialistas más notables en conservar y hacer el mejor chocolate de Guatemala. Ha salido en noticieros y entrevistas de medios internacionales, cabalmente, por la fama que tiene su chocolate desde hace más de cincuenta años.

Ella tiene ochenta y dos años, nacida en el casco urbano de Mixco, y luego de graduarse de perito contador, decidió pedirle a su mamá, que ya hacía chocolate y el antaño llamado jabón de choche, para fabricarlo y distribuirlo en varias dependencias del gobierno…de esto ya  hace sesenta y dos años, cuando se inició en estos quehaceres.

Posterior al terremoto, porque se le cayeron las galeras donde hacía el jabón; se dedicó exclusivamente a hacer chocolate.  Y también emprendió la tarea de cocinar y vender comida, pasteles y dulces.

¿QUIÉN LE ENSEÑO?

La receta de chocolate que maneja doña Olguita, tiene más de cien años de producirse en la familia, porque sus tías ya lo hacían. Doña Olguita nos explica que el proceso para hacerlo, resumidamente es el siguiente: Nosotros doramos la semilla del Cacao, lo pelamos, lo llevamos al molino de unos parientes, para que nos lo muelan, y entonces posteriormente ya le mezclamos al cacao la canela, aplicamos otra molienda; luego se mezcla el azúcar y nuevamente lo molemos, hasta que se hace una masa, con esta masa hacemos chibolas, se pesan, y empieza el proceso de palmear, para  darle la forma redonda, y endurece en cuatro horas, porque solo usamos elementos naturales y  enseguida lo envolvemos, ya listo para venderlo. Cada rueda de chocolate sirve para dos tazas, y como vendemos cuatro, salen para ocho tazas. En casa, ya las personas, de acuerdo a la cantidad de tazas que vaya a utilizar, le hecha mitad de tazas de agua y mitad con leche. De cada ruedita de la que vendemos nosotros, salen dos tazas de excelente chocolate espumoso. Es importante que las personas metan el chocolate a la olla mezclada la leche y el agua desde que se empieza a calentar, y con una paleta se vaya deshaciendo el chocolate, poco a poco, hasta que hierva, y ya se apaga. Hay personas que no le echa leche, les gusta solo con agua, igual sale sabroso.

También nos explica que hay dos clases de chocolate, al que le mezclan canela, y al que le mezclan almendra. Hasta hace unos años, hacían chocolate de arroz y de vainilla, pero actualmente solo de canela y de almendra, según el gusto del cliente.

Doña Olguita vende el chocolate en su comedor, ubicado en la Calle Real del casco urbano, y se llama Antojitos Olguita. Semanalmente hace un quintal de chocolate, y se le vende muy bien. No hace entregas a domicilio, las personas tienen que llegar a comprarlo a su comedor. Nos cuenta que cuando le hacen pedidos de restaurantes y cafeterías, los tienen que ir a recoger a su comedor, y así lo sabe la gente y así lo hace, por años ha sido así, y así seguirá siendo, dice. Le han hecho pedidos gigantes, pero no se anima para exportarlo, como se lo propusieron unos japoneses que llegaron a plantearle el negocio. Porque querían entregas muy fuertes, y yo no estoy preparada para hacer más de cinco quintales a la semana, dice doña Olguita.  A nuestra pregunta de cómo es que se ha esparcido su popularidad, se ríe, y nos cuenta que han llegado, no sabe porqué, a entrevistarla reporteros extranjeros, que se han llevado chocolate que produce ella, y se ha esparcido su popularidad.

ANÉCDOTAS E HISTORIA

Nos cuenta que desde pequeña le gustó el trabajo, porque ella se crió en el Hospicio con las niñas huérfanas, y allí las hermanas de la Caridad le enseñaron a hacer oficio,  la disciplina y el trabajo, y allí también aprendió a hacer pasteles, y figuras de mazapán…desde los nueve años que sabe pastelear y hacer buen mazapán, y aprendió también la cocina. Nos relata, que hace unos años hizo una exposición de lo que sabe hacer, como son: barriletes, chocolate,  pasteles, mazapán, y figuras de dulce. Expusimos 17 estilos de barriletes, ovejitas de mazapán, canastíos típicos de frutas, banano, piña, jocote, de todo tipo de frutas. Con decirle, nos comenta, que desde esa oportunidad me hice amiga de la que en ese entonces era directora del INGUAT.

Otra anécdota

Nos cuenta que como ella entregaba chocolate y jabón negro en la escuela politécnica, cuando era director el coronel Efraín Ríos Montt, se recuerda que una vez ordenó que nomás llegara yo, que me compraran cinco bolas de jabón, porque no se iba a bañar hasta que llegara el jabón negro, que yo hacía.

Y CÓMO SE HACÍA EL JABÓN DE COCHE O NEGRO QUE LOS JÓVENES DE AHORA NI CONOCIERON

Cuenta doña Olguita que el jabón negro que ella hacía olía rico, porque era puro. Nosotros comprábamos cebo del día, nos llevaban 20 quintales de cebo de res a las cuatro de la mañana…y entonces yo lo escogía, las mollejas las separaba, y limpiaba el cebo y le echaba lejía de 20 grados, le echaba fuego al perol, esperaba que se derritiera, y entonces con la ayuda de un trabajador, lo colaba, y el desperdicio se echaba en unos costales, y lo vendíamos a la gente como alimento para sus animales. La mixtura del cebo con lejía, le dábamos forma de chibola, y quedaba listo para vender. Entregábamos a muchas instituciones del gobierno y privadas, la gente encantada, porque además de que olía rico, dejaba el pelo bien suavecito, nos dice doña Olguita.

ANÉCDOTA CON LOS EJECUTIVOS DEL CAMINO REAL

Nos cuenta que hace muchos años llegaron bien trajeados, con acento extranjero, cuatro personas a su comedor, y quedaron encantados con el sabor de su comida,  le hablaron para que les hiciera comida para el hotel Camino Real, porque estaban empezando. Pero nos cuenta doña Olga, que casi no dormía por estar cocinando pavos rellenos, lomos rellenos, gallinas horneadas, pollos rostizado, carne prensada, fiambre.  En esa ocasión, dice, tuvo que decirles que ya no podía continuar porque se estaba cansando mucho…además el hotel ya estaba organizado y empezaron ellos con sus cocineros.

VIDA MATRIMONIAL

Nos cuenta doña Olga, con las ganancias de su trabajo que recibía iba sacando adelante a sus cuatro hijos, porque le fue mal con el matrimonio, y ella sacó adelante a los hijos. Le compró casa a cada uno. Ahora ya grandes, uno está en Estados Unidos trabajando como mecánico, con su propio taller, otro es licenciado en química, y su otra hija es ejecutiva de una empresa. Continuamos hablando por largo tiempo, para resumir: va empezar hacer un libro sobre sus recetas de comida, cómo hacer barriletes, y sobre todo hablar de las bendiciones que ha recibido de Dios, cómo hay personas que le llegan a solicitar su consejo, y antes de irnos nos dio su bendición. Realmente es una adorable viejita, que se encuentra pollona, y oficiosa.

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