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VIDEO. El misterio del sapo sin cabeza que vivió una vida normal

Sin cabeza, sin nariz, sin ojos, sin mandíbula y sin lengua. ¿Cómo vivía? Esta explicación dan los científicos al misterioso caso.

Hace unos años, una herpetóloga encontró a un sapo en un bosque de Connecticut, Estados Unidos. Pero al verlo, quedó asombrada, pues el sapo no tenía cabeza, ojos, nariz y mandíbula.

Lo primero que se preguntó al verlo fue ¿cómo se alimentaba?, ¿cómo respiraba? ¿cómo se movía?

Entonces, Jill Fleming, de la Universidad de Massachusetts, decidió llevarse al sapo para estudiar el insólito caso y encontrar alguna explicación.

¿Una mutación genética, la acción de parásitos o el ataque de un depredador pudo haber deformado al sapo?

El sapo americano de la especie Anaxyrus americanus no presentaba signo de heridas abiertas, no tenía piezas bucales que le permitieran alimentarse o cómo respiraba.

“Mi primer pensamiento, que aún creo que es una explicación probable, fue que el sapo no nació así, sino se trató de una lesión que pudo ser infligida por un depredador natural del sapo durante la hibernación (serpientes o un visón americano)”, explicó Fleming a National Geographic.

Por otra parte, el zoólogo Collie Ennis opinó que los roedores podrían haber producido la pérdida del rostro del sapo. O también la mosca Lucilia bufonivora, que pone los huevos alrededor de los ojos y de las fosas nasales de los sapos. Sin embargo, no se sabe si estas moscas pueden producir un daño tan grave.

Después de su análisis, Fleming permitió que el sapo sin rostro continuara con su vida en el mismo bosque donde lo encontró, aunque probablemente no haya sobrevivido mucho tiempo más.

Comentó la investigadora: “Nunca vi nada parecido con una lesión tan grave en la cabeza y moviéndose como este sapo. En estas condiciones no habría podido comer y sería un blanco fácil para los depredadores. No sé cómo logró sobrevivir hasta la edad adulta en esas condiciones”.

Los anfibios son una de las clases de vertebrados más resistentes que se conoce. De hecho, se dice esto de ellos porque son animales capaces de vivir en ambientes extremos como las serpientes en el desierto. Por su parte, algunas especies de tortugas pueden despertar tan alegremente de la hibernación tras perder, durante este período de latencia, alguna de sus extremidades.

El caso de este sapo, sin embargo, es algo más sorprendente, ya que carece de todo lo necesario para sobrevivir.

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Esta historia sugiere que la cabeza podría no ser el núcleo de todas las funciones neurológicas, entre las que se encuentran la respiración o el movimiento, pues el sapo encontrado en Connecticut presentaba un aspecto del todo saludable y se movía sin perder el equilibrio, aunque con un poco de torpeza, a pesar de carecer de rostro.

De hecho, los expertos exponen que seguramente este sapo perdió la conciencia, la memoria y la capacidad de tomar decisiones al perder la cabeza, pero siguió pudiendo mantener su frecuencia cardíaca y la capacidad de digerir alimento.

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