En medio de una tendencia mundial hacia la disminución de nacimientos, algunas parejas católicas en Brasil están reviviendo el modelo de familia numerosa, convirtiéndose incluso en fenómenos virales en redes sociales. Mariana y Carlos Arasaki, padres de 12 hijos, se han convertido en símbolo de este movimiento que combina fe, organización militar y una presencia digital masiva.
La familia Arasaki consume mensualmente 96 litros de leche y 40 kilos de carne, requiriendo una logística que incluye dos vehículos de siete plazas para los traslados escolares. Su vida, documentada en redes sociales donde superan el millón y medio de seguidores, muestra una rutina donde la fe católica es el eje central: rechazan cualquier método anticonceptivo artificial, considerando cada hijo como “un regalo de Dios”.
Este modelo familiar no es un caso aislado. Forma parte de una corriente conservadora católica que incluye a influencers como Samia Marsili (madre de siete hijos) y se vincula con movimientos eclesiales como las Comunidades de Vida y Alianza o el Camino Neocatecumenal. La Iglesia brasileña ha comenzado a estudiar el fenómeno, destacando su potencial evangelizador pero también alertando sobre riesgos como la comercialización del mensaje religioso.