Uno de cada cinco pacientes con covid-19 necesitará oxígeno, según la Organización Mundial de la Salud, para enfrentar las molestias de este virus que ataca principalmente los órganos respiratorios del ser humano.
Los coronavirus son virus RNA con envoltura que causan enfermedades respiratorias de diversa gravedad, desde el resfriado común hasta la neumonía mortal.
Debido al contexto actual de la pandemia del covid-19 y ante la siempre creciente ola de pacientes con síntomas muy graves, muchos pacientes prefieren sobrellevar su enfermedad en sus propios hogares, pero también deben recurrir a la búsqueda de tanques de oxígeno para lograr estabilizar una respiración adecuada para quienes tienen complicaciones con sus pulmones a causa del virus.
El oxígeno médico está compuesto por un 78% de nitrógeno, un 21% de oxígeno y un 1% de gases varios como argón, dióxido de carbono y helio entre otros.
Oxígeno medicinal es el nombre que recibe una mezcla de gases que tiene un porcentaje de oxígeno típicamente igual o superior a 93% y es ampliamente recetado a pacientes ventilados mecánicamente en unidades de cuidados intensivos.
No es lo mismo el uso de oxígeno industrial que se usa (como en camaroneras, fábricas de hielo, etc) y el otro para uso del aire que le debe llegar a los pulmones a un ser humano.
“La diferencia entre el oxígeno empleado para uso medicinal e industrial es que el primero debe estar prefiltrado, a fin de evitar bacterias y que esté libre de cualquier otro tipo de gas, pues en la atmósfera se pueden encontrar contaminantes como monóxido de carbono, dióxido de carbono, vapor de agua e hidrocarburos”, manifestó Carlos Rius Alonso, experto de la Facultad de Química de la Universidad Nacional Autónoma de México.
El oxígeno es uno de los principales medicamentos utilizados dentro de clínicas, hospitales y asistencia domiciliaria, pues constituye un importante capítulo de la terapéutica médica. Es indicado en casos de hipoxemia de cualquier origen para el tratamiento de enfermedades pulmonares obstructivas, neumonías, infartos de miocardio y embolias pulmonares.
Su aplicación es imprescindible en los casos de resucitación cardiorrespiratoria, terapia intensiva, anestesia, tratamiento de quemaduras, terapia hiperbárica, entre otros, destaca a nivel de oxígeno medicinal la empresa Gasegsa.