La preocupación inunda a los fanáticos del exboxeador por la edad a la que regresa a pelear, y en Texas tendrá que someterse a distintos exámenes para subir al ring, algo que probablemente lo pondría en aprieto.
El ex rey de los pesos pesados Mike Tyson, con 57 años, regresa al ring el próximo 20 de julio en una pelea de exhibición contra el youtubero estadounidense transformado en boxeador, Jake Paul. El campeón de peso pesado no había peleado desde que dio una exhibición de menos de ocho asaltos contra el antiguo peso mediano Roy Jones Jr. en Los Ángeles en noviembre del 2020, combate que terminó en empate.
Esta nueva pelea es parte de lo que se ha convertido en tendencia en Estados Unidos: enfrentar a celebridades del internet o a boxeadores retirados que están muy por encima de la edad en activo.
Pero el combate podría estar en peligro por las pruebas médicas inusuales que Tyson deberá pasar antes de subirse al ring. La Texas Department of Licensing and Regulations (TDLR) le exigirá al ex campeón mundial de peso pesado someterse a diferentes exámenes de electroencefalograma (EEG) y electrocardiograma (EKG) para evaluar su aptitud física. Estas pruebas buscan identificar posibles trastornos cerebrales y problemas cardíacos, respectivamente, según le comunicó Tela Mange, gerente de comunicaciones de la TDLR.
Mike Tyson es considerado uno de los mejores pesos pesados de la historia, su reino en la categoría duró de 1987 a 1990. A los 20 años se convirtió en el campeón mundial más joven de la historia de los pesos pesados. Tyson, quien se retiró del boxeo profesional en 2005, regresó para un combate de exhibición en 2020 ante Roy Jones. Queda por saber si el combate será considerado profesional o una exhibición, algo que tendrá relevancia para las reglas, ya que implicaría usar guantes de 16 onzas, reducir la duración de cada asalto a dos minutos y no contar con jueces oficiales para la puntuación.
