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Psicología: Fatiga pandémica, qué es y cómo saber si la sufres

Se va a cumplir un año del día en el que la OMS declaró pandemia mundial a causa del coronavirus. Tuvimos que aprender a vivir sin salir de casa, sin poder ver a nuestros seres queridos o a teletrabajar, y aunque también nos ha venido bien para conocernos a nosotros mismos y a las personas con las que convivimos, la Covid-19 ha hecho que aflore más depresión, cansancio y ansiedad.

La ansiedad es un mecanismo que tiene nuestro cuerpo para enfrentarse a peligros y sobrevivir. Ante situaciones nuevas o potencialmente peligrosas, nuestro estrés subirá para activar todos nuestros recursos y facilitar nuestra supervivencia.

Laura Fuster psicóloga indica que si en nuestro mundo actual hay un virus que puede hacernos mucho daño, nuestro sistema de ansiedad «va a estar muy activo» para evitar que enfermemos: «El peligro viene cuando el estrés se mantiene durante demasiado tiempo, ya que puede derivar en problemas de sueño, alimentación, bajada de estado de ánimo o, como en el caso que nos ocupa, cansancio crónico».

Qué es la fatiga pandémica

Cuenta la psicóloga Fuster que la OMS puso el nombre de «fatiga pandémica» a una serie de síntomas derivados de la enfermedad del Covid 19 y de las consecuencias que ha traído para todos esta pandemia mundial. También explican que el buen porcentaje de la población mundial está padeciendo fatiga pandémica, en algunos países «de una manera más acusada» que en marzo.

«Después de meses luchando contra el coronavirus, muchos de nuestros hábitos de vida han cambiado. Hemos tenido que introducir en nuestra vida diaria las mascarillas, el lavado de manos, la distancia social, pasar largas temporadas en casa, etc.», recuerda. Lo que hace menos de un año nos parecía normal, en estos momentos se nos antoja extraordinario.

Esta situación puede hacer que nos sintamos desmotivados, con una sensación de incertidumbre constante que nos puede generar síntomas de ansiedad o depresión.

Causas

La fatiga pandémica, tal como Laura Fuster cuenta, es la consecuencia de meses de incertidumbre y de la modificación de los hábitos de nuestra vida. El miedo a la enfermedad, el aislamiento, el aburrimiento, la incertidumbre, el enfado o quejas constantes han hecho que sean millones las personas que ahora mismo la sufren. La consecuencia de esto es un estado psicológico de ansiedad, tristeza, desánimo, apatía y desesperanza ante el futuro.

Además, diversos estudios demuestran que las personas que se han contagiado del Covid-19 presentan síntomas de cansancio. Por lo tanto, podríamos decir que «padecer coronavirus agota» y que es un síntoma añadido a los habituales (fiebre, tos seca, etc.).

Así se maneja

Aunque la situación no parezca mejorar en estos momentos, Laura Fuster sabe cómo manejar el estado que estamos viviendo:

– Cuida tu pensamiento. Nuestros pensamientos tienen el poder de producir emociones y llevarnos a actuar de una determinada manera, así que es importante elegir lo que pensamos en cada momento. «Sé que parece imposible, pero intenta detectar el pensamiento que te hace daño y cambiarlo por otro que te resulte más útil y que aporte emociones más adaptativas.

– Cuida tus emociones. Los pensamientos negativos pueden llevarnos a sentir emociones muy intensas, y en la mayoría de las ocasiones es cuestión de aceptarlas: «Aunque no nos guste, es normal que presentemos una montaña rusa de emociones: despertarme motivado pero ver una noticia que me pone triste. Después llamar a una amiga que me anima pero por la tarde sentir de pronto aburrimiento», aclara.

Esto es normal dada la situación pero, según la psicóloga, hay que prestar especial atención a las emociones que son muy frecuentes, intensas y que duran demasiado tiempo. Por ejemplo, estar muy triste todos los días la mayor parte del tiempo. «En este punto deberías plantearte cambiar de hábitos o buscar ayuda profesional».

– Haz actividades agradables. «Sé que es muy difícil hacer cosas que nos gusten en el contexto que estamos viviendo, pero debes intentar adaptar las cosas que te gustan y hacerlas, sin dejarte llevar por la apatía», recomienda Laura Fuster. Las actividades agradables son la base del estado de ánimo. Busca actividades sencillas, que no requieran mucho esfuerzo y que puedas hacer todos los días.

– No te aísles. Mantener el distanciamiento social no tiene por qué significar aislamiento. Intenta mantener tus relaciones familiares y de amistad a través de las nuevas tecnologías.

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