Según las leyendas de terror del Tolima, si dos perros persiguen a alguien es porque el diablo ‘acecha’ a esa persona.
Se dice que el perro es el mejor amigo del hombre, estos animales son una gran compañía para los seres humanos, además de ser muy fieles y leales con nosotros. Pero hay otros casos, donde ellos se pueden volver más agresivos y más si hay detrás un suceso paranormal.
Un transportador de alimentos contó su experiencia de terror cuando estaba llevando un cargamento de yuca con un primo desde el departamento de Caldas hasta Corabastos, la mayor central de abastos de Colombia.
El hombre recuerda que durante el viaje tuvieron muchos percances. Las cosas se complicaron para ellos cuando se les pinchó una llanta del carro al llegar cerca de la población de Honda, en el departamento de Tolima. Para completar, el camino estaba oscuro.
“Comencé a caminar en la vía, ya llevaba muchos minutos y sentí un ventarrón que me pasó a pocos centímetros, pero me frenó en seco. Como allí cerca hay haciendas ganaderas, pensé que venía un novillo que se salió. Lo más extraño fue que después se aparecieron dos perros que saltaban a cada lado de la carretera como si fueran leones en un circo. Los canes comenzaron a ladrarme, y además salieron a atacarme, lo único que pude hacer fue tratar de ahuyentarlos, pero lo extraño es que a pesar de que me habían atacado no sufrí ningún daño”, contó.
El hombre relató que continuó caminando varios kilómetros buscando el peaje más cercano en la carretera, sin importar que los perros le seguían ladrando a su lado. “Llegamos a una zona donde hay unos árboles muy frondosos y les empecé a gritar: ‘No me jodan más, yo ya sé quién es usted y usted no sabe quién soy yo, no sabe quién está conmigo’ tratando de invocar el poder de Dios”, expresó.
Finalmente, llegó a su destino y allí los perros dejaron de seguirlo. En el peaje había un conductor de grúa que lo terminó ayudando, porque se percató que él estaba totalmente helado, a pesar de que es una zona donde hace bastante calor.
El hombre le contó lo que le había pasado mientras llegaba a ese lugar, al principio esa persona no le creía nada, pero después le creyó.
Ya en ‘la nevera’, recogió a una secretaria de la empresa donde trabaja, a quien le comentó todo lo que pasó. “Ella me dijo que, según las historias que pasan en el Tolima, a mí me visitó el diablo. La costumbre es que cuando ven al diablo, hay dos perros negros y gigantes a los que le sale candela por la boca y por los ojos. Dicen que son unos demonios que van custodiando a Satanás, eso fue lo que me pasó”, mencionó el transportador.
Este hombre, quien trabaja como campesino, aseguró que ha visto muchas cosas asociadas a brujas y duendes, pero ninguna experiencia lo ha dejado con los pelos de punta como la que vivió en la carretera de Honda.