Una vez acusada de ser una “destructora de matrimonios”, sobre todo por parte de Diana, princesa de Gales, Camilla Parker ahora será coronada y ocupará su lugar al lado del rey Carlos III.
Esto fue el “deseo sincero” de la reina Isabel II, que enfatizó en un mensaje publicado en la víspera de su aniversario 70 de acceso al trono en febrero de este año, y apuntó que la esposa de Carlos fuera conocida en su acceso al trono como “reina consorte”.
“Cuando, en la plenitud de los tiempos, mi hijo Carlos se convierta en Rey, sé que le darán a él ya su esposa, Camilla, el mismo apoyo que me han dado a mí; y es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camilla sea conocida como Reina Consorte mientras continúa con su leal servicio”, escribió la reina en ese momento.
Durante mucho tiempo, Carlos había deseado que Camila tomara el título de Reina y fuera así coronada y ungida. Pero que se la conozca como la reina Camilla solo ha sido posible gracias a un cambio extraordinario en la opinión pública.
Supuestamente descrita por Diana como un “rottweiler” en privado, Camilla parecía condenada a ser desaprobada por el público británico.
Después de la muerte de Diana en 1997, el heredero al trono y su pareja tardaron dos años en hacer su primera aparición pública juntos en una fiesta de cumpleaños para la hermana de Camilla en el hotel Ritz de Londres.
Pero al año siguiente, la Reina mostró su aprobación asistiendo a un almuerzo con Carlos y Camilla. La pareja se casó el 9 de abril de 2005 en una ceremonia civil seguida de una bendición religiosa en la Capilla de San Jorge, con la presencia de la reina Isabel II.
Camilla tomó el título de Su Alteza Real la Princesa Consorte, un guiño a lo que Carlos esperaba que sucediera con el fallecimiento de su madre. El evento atrajo a una multitud de 20,000 personas que vitorearon en las calles que conducen al Castillo de Windsor en lo que fue la señal más clara hasta la fecha de que Camilla se había ganado al público británico.
El príncipe Harry ayudó a sellar su aceptación en 2005 al rechazar la imagen de Camilla como una “madrastra malvada”, describiéndola como una “mujer maravillosa y que ha hecho muy, muy feliz a nuestro padre, que es lo más importante”.
“William y yo la amamos muchísimo”, dijo.
