El pandillero sanguinario Francisco Javier García González, de 40 años alias “El Blacky”, integrante de la mara salvatrucha, y prófugo de la justicia desde el 11 de octubre del año pasado, vivía como rey en una lujosa residencial en la aldea El Fiscal de Palencia y convivía con tres mujeres, sin que nadie lo notara de sus actividades ilícitas, sin embargo los negocios de la comunidad desde hace tiempo empezaron a pagar las extorsiones a cambio de no sufrir ataques armados, así como se detectó la presencia del maleante que tenía alquilado cuatro viviendas en el condominio.
Según la información de inteligencia policial revelan que el delincuente tenía a su disposición cinco vehículos para movilizar casi no se dejaba ver, salía y entraba en las casas y abordaba el carro, una de las convivientes se encargó de rentar los inmuebles que pagaba cada una por el valor de Q 3 mil quetzales mensuales, mientras los vecinos nunca sospecharon nada que tenían a un gran sanguinario dentro el condominio, en lugar se descubrió que los comercios cercanos comenzaron a pagar la extorsión, las cuales ascendían a Q 5,000.00 semanales y pasaban dejando teléfonos a los comerciantes.
En una ocasión los testigos identificaron a un patojo que dejaba teléfonos en los locales, les llamó la atención que ingresó a una casa del sector, la cual había sido alquilada por la muchacha desconocida, quien no trabajaba ni tenía negocios en el lugar, así fue como se descubrió de sus fechorías de “El Blacky”, de inmediato se inició un seguimiento de inteligencia de agentes encubiertos en las cercanías de la residencial quien tiene garita de control y seguridad el sujeto entraba como un vecino respetado.
Para certeza de la presencia del pandillero los investigadores policíacos elevaron los drones no tripulados, para detectar al objetivo a través de reconocimiento facial, es el éxito de inteligencia que en un día de piscina en el residencial detecta al sospechoso por los tatuajes en el cuello y el lunar en el rostro, el dron e inmediato envía la información al receptor, quien confirma la certeza del sospechoso y empieza la coordinación de trabajo para la recaptura, de inmediato el dron toma vuelo para no ser detectado por “El Blacky”.
También los vecinos detectaron que en las casas alquiladas por el Francisco García, hacían fiestas y que sentían olor a consumo de marihuana en varias ocasiones a esos inmuebles llegaban varias mujeres en vehículos de modernos quienes se retiraban después de las fiestas.
