Para pedir perdón por sus pecados, un grupo de 15 hombres recorrió más de 5 kilómetros gateando, y con espinas en su cuerpo. Una penitencia que tienen que llevar a cabo durante siete años consecutivos.
La tradición local de los “gateadores”, fue suspendida en 2020 por la pandemia del covid-19, pero retomó este Viernes Santo, volvió a la vida en el municipio de San Andrés Sajcabajá, en Quiché.
Los 15 “gateadores” completaron el trayecto en aproximadamente cuatro horas como penitencia por sus pecados y también para dar gracias divinas.
Los fieles católicos, cuyas edades oscilan entre los 18 y los 40 años según confirmó la organización, deciden por voluntad propia llevar a cabo la penitencia durante siete años consecutivos.
La tradición nació con la conquista española y transcurre casi en su totalidad en silencio, con los hombres en penitencia murmurando para sus propios adentros en varios segmentos del trayecto.
Previo a la pandemia del coronavirus, cientos de turistas llegaban a presenciar la penitencia. Este 2021, asistieron unas 300 personas.
El recorrido de los gateadores
Los “gateadores” partieron de la iglesia principal de San Andrés Sajcabajá a las 11.00 horas, bajando las gradas del templo católico como dicta la tradición. El trayecto también fue acompañado por otros cinco hombres que cumplieron con los cinco kilómetros con cruces llenas de espinas a sus espaldas y con el rostro semitapado.