viernes, noviembre 15, 2024
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Cómo detectar si luego de haber sido vacunado hay síntomas de Trombosis.

En Guatemala las vacunas que han venido por el mecanismo COVAX son producidas por el laboratorio AstraZeneca, vacuna que en varios países de Europa ha sido suspendida su vacunación, debido a que se han encontrado algunos casos, muy pocos (71) en relación a los millones de personas que han sido vacunadas con esta vacuna; que han mostrado cuadros de trombosis. Aquí en nuestro país no se ha registrado ninguna reacción adversa relacionada con trombosis.

En Europa, y específicamente en España, tras los episodios mínimos  de trombosis cerebral detectados, las autoridades de Salud han pedido a los centros de salud y hospitales que estén atentos a las siguientes manifestaciones: dolor de cabeza intenso, sobre todo por la mañana al despertar y que empeora al tumbarse boca abajo; visión borrosa, pérdida de fuerza o sensibilidad, alteración del lenguaje y de la marcha, así como crisis epiléptica.

Cuándo consultar

Tener molestias en la zona de punción de la vacuna en los primeros días, así como malestar general, con dolor de cabeza leve, náuseas, vómitos o algo de fiebre entra dentro de los efectos frecuentes sin mayor importancia. «Otra cosa es si aparece una inflamación en la pierna, una falta de aire o un dolor de cabeza resistente a analgésicos y alteraciones visuales o neurológicas», advierte el doctor Lecumberri. En estos casos hay que consultar al médico y, dependiendo de su gravedad, puede ser necesario acudir a un servicio de urgencias.

Con respecto a la vacuna de AstraZeneca, el doctor Lecumberri considera que la población tiene que estar «informada, pero no alarmada». La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) anunció este jueves que la vacuna de #AstraZeneca es segura y efectiva contra el covid19 y no está asociada con casos de trombosis.

Rociados a tiros a ocupantes de picop

Hombres fuerte armados con fusiles de asalto quienes se movilizaban en un vehículo acribillaron a tiros a los ocupantes de un picop a la altura del kilómetro 93.5 de la ruta El Atlántico jurisdicción de El Jícaro El Progreso, ambos murieron por proyectil de armas de fuego, uno de ellos fue identificado que era originario de Usumatlán de Zacapa.

El picop estaba a orillas de la cinta asfáltica, así mismo se observa en el interior del picop los cuerpos de las víctimas, con múltiples heridas en distintas partes del cuerpo, por la forma como se observa la escena, presuntamente  haya sido un ajuste de cuentas, una de las personas fallecidas tiene una camisa color negra, cubriendo el rostro, a si mismo en el lugar del hecho se observa tirada una tolva vacía,  color negra, posiblemente para 30 municiones, además se halló un radio portátil.

En la escena del crimen se presentó el señor Byron Napoleón Ayala Gallardo, 33 años, quien manifestó a los investigadores de la Policía Nacional Civil, ser hermano de uno de los occisos, indicando que el piloto del vehículo P-620FYZ, respondía al nombre Manuel Alejandro Ayala Gallardo, 27 años de edad, soltero, instruido, comerciante, originario y residente municipio de Usumatlán, de Zacapa.

El acompañante no se pudo identificar, de 36 años, vestía playera blanca, pantalón de lona azul y tenis negros, en la cintura lado derecho funda de cuero color negro, un porta tolvas color negro, conteniendo dos tolvas. Por su parte las autoridades del Ministerio Público recogieron varios indicios de casquillos de fusil de asalto.

VIDEO. El misterio del sapo sin cabeza que vivió una vida normal

Sin cabeza, sin nariz, sin ojos, sin mandíbula y sin lengua. ¿Cómo vivía? Esta explicación dan los científicos al misterioso caso.

Hace unos años, una herpetóloga encontró a un sapo en un bosque de Connecticut, Estados Unidos. Pero al verlo, quedó asombrada, pues el sapo no tenía cabeza, ojos, nariz y mandíbula.

Lo primero que se preguntó al verlo fue ¿cómo se alimentaba?, ¿cómo respiraba? ¿cómo se movía?

Entonces, Jill Fleming, de la Universidad de Massachusetts, decidió llevarse al sapo para estudiar el insólito caso y encontrar alguna explicación.

¿Una mutación genética, la acción de parásitos o el ataque de un depredador pudo haber deformado al sapo?

El sapo americano de la especie Anaxyrus americanus no presentaba signo de heridas abiertas, no tenía piezas bucales que le permitieran alimentarse o cómo respiraba.

“Mi primer pensamiento, que aún creo que es una explicación probable, fue que el sapo no nació así, sino se trató de una lesión que pudo ser infligida por un depredador natural del sapo durante la hibernación (serpientes o un visón americano)”, explicó Fleming a National Geographic.

Por otra parte, el zoólogo Collie Ennis opinó que los roedores podrían haber producido la pérdida del rostro del sapo. O también la mosca Lucilia bufonivora, que pone los huevos alrededor de los ojos y de las fosas nasales de los sapos. Sin embargo, no se sabe si estas moscas pueden producir un daño tan grave.

Después de su análisis, Fleming permitió que el sapo sin rostro continuara con su vida en el mismo bosque donde lo encontró, aunque probablemente no haya sobrevivido mucho tiempo más.

Comentó la investigadora: “Nunca vi nada parecido con una lesión tan grave en la cabeza y moviéndose como este sapo. En estas condiciones no habría podido comer y sería un blanco fácil para los depredadores. No sé cómo logró sobrevivir hasta la edad adulta en esas condiciones”.

Los anfibios son una de las clases de vertebrados más resistentes que se conoce. De hecho, se dice esto de ellos porque son animales capaces de vivir en ambientes extremos como las serpientes en el desierto. Por su parte, algunas especies de tortugas pueden despertar tan alegremente de la hibernación tras perder, durante este período de latencia, alguna de sus extremidades.

El caso de este sapo, sin embargo, es algo más sorprendente, ya que carece de todo lo necesario para sobrevivir.

Esta historia sugiere que la cabeza podría no ser el núcleo de todas las funciones neurológicas, entre las que se encuentran la respiración o el movimiento, pues el sapo encontrado en Connecticut presentaba un aspecto del todo saludable y se movía sin perder el equilibrio, aunque con un poco de torpeza, a pesar de carecer de rostro.

De hecho, los expertos exponen que seguramente este sapo perdió la conciencia, la memoria y la capacidad de tomar decisiones al perder la cabeza, pero siguió pudiendo mantener su frecuencia cardíaca y la capacidad de digerir alimento.