Britney Spears continúa desahogándose a través de las redes sociales, y a estas alturas queda claro que la cantante no piensa callar su dolor. Tras la explosiva entrevista que su exmarido y su hijo pequeño, Jayden James, concedieron a un canal australiano; la cantante parece haber llegado a su límite.
El pasado domingo, la artista sorprendía a sus seguidores con un mensaje muy claro, reconociendo que una parte de ella misma “ha muerto”.
En el mensaje, Britney reflexiona acerca de las palabras de Kevin Federline en la entrevista, en la que confesó que ni Sean Preston, de 16 años, ni Jayden James, de 15, quieren mantener una relación con su madre.
La cantante recuerda que ella “solía tener a mis hijos mucho más” que su ex marido: “La gente no recuerda esa parte porque siempre se enfocan en lo negativo, pero desde que tenían entre seis y nueve años, los tuve el 70% del tiempo. No entiendo cómo es tan fácil para ellos, cortarme así. No lo entiendo”, se lamenta.
“Literalmente, ya no tengo ningún propósito. Eran mi alegría. Ellos eran mi todo. Espero verlos. Para eso vivo”, insiste la artista, “Y luego de repente desaparecieron”.
“Solo han pasado 10 meses desde que terminó la tutela… ¡No le deseo ese tipo de dolor a nadie! Es extremadamente difícil para mí aceptar el hecho de que mi familia me hizo eso… Será difícil para mí el resto de mi vida”, confiesa la artista, que también tiene un mensaje para sus padres: “En cuanto a mi madre y mi padre, que se sentaron y me escondieron el café en casa para que me despertase de sentirme muerta y asustada como una anciana… y me abandonaron… Lo diré alto y con orgullo… Rezo para que ambos se quemen en el infierno”.
La cantante también envió a sus seguidores otro mensaje, en el que les contó más detalles de los horrores que tuvo que vivir durante su tutela legal. Acompañando a su mensaje, Britney compartió una nueva imagen desnuda, en esta ocasión de espaldas.
Un mensaje, ya editado por la artista, que va directamente dirigido a su padre, Jamie Spears, y en el que habla de cómo le afectaron y la poca capacidad de decisión que tenía en cuanto a su imagen como artista.
“De los ocho vídeos que rodé durante la tutela, solo me gusta uno: Work B*tch, el más ofensivo. Nunca me sacaban fotos profesionales”, revela, añadiendo que hacía lo posible por “humillarla” tanto en el escenario como en el material promocional, que ella nunca veía.
“Estoy bastante traumatizada de por vida y harta, así que no, no creo que vuelva a actuar de nuevo porque soy cabezota y quiero dejar claro lo que pienso”, anuncia, antes de dar las gracias a sus admiradores por tomar las fotos durante todos esos años en las que sí se sentía guapa y favorecida. Para terminar, un mensaje directo a Jamie Spers: “Padre, aquella foto tan bonita que pusisteis mía en Nueva York para Pepsi en la que salía llorando como si tuviese 80 años… Ves esta foto, puedes besarme el culo, maldito bastardo”.