El exlíder del cártel hondureño de Los Cachiros, Devis Leonel Rivera Maradiaga, testigo en un juicio por narcotráfico en Nueva York, aseguró este jueves que su organización pagó 250.000 dólares, “aproximadamente en 2012”, al ahora presidente hondureño, Juan Orlando Hernández, para que no lo detuvieran y extraditaran a EE.UU. y poder seguir lavando dinero del narcotráfico.
Rivera, detenido en Estados Unidos y quien testifica en un juicio abierto contra el supuesto narcotraficante hondureño Geovanny Fuentes Ramírez, implicó también al vicepresidente, Ricardo Álvarez Arias, y a los expresidentes José Manuel Zelaya y Porfirio Lobo.
La Fiscalía estadounidense, como ya hizo durante el juicio contra el hermano del presidente de Honduras, Tony Hernández, celebrado a finales de 2019 en Nueva York, defiende que el país centroamericano es un “narcoestado”.
“¿Los Cachiros sobornaron a Juan Orlando Hernández con dinero del narcotráfico?”, preguntó el ayudante del fiscal, a lo que Rivera contestó escuetamente: “Sí, señor”.
Rivera, cuyo testimonio no fue acompañado de ninguna prueba material, explicó que ese dinero se entregó en efectivo a Hilda Hernández, hermana del ahora presidente, con el objetivo de que ni él ni su hermano Javier Rivera fueran detenidos por la Policía Militar ni la Policía Preventiva.
“Protección para que no nos fueran a capturar en Honduras, tanto la Policía Militar como la Policía Preventiva; que no fuéramos extraditados yo y mi hermano a Estados Unidos y que Juan Orlando Hernández siguiera dándonos contratos para seguir lavando dinero del narcotráfico”, dijo el testigo.
En 2019, durante el proceso contra Tony Hernández, Rivera ya implicó al presidente hondureño en supuestas actividades relacionadas con el narcotráfico, una cuestión que Juan Orlando Hernández -que llegó al poder en enero de 2014- ha negado en reiteradas ocasiones.
Preguntado por la Fiscalía, el testigo también admitió haberse reunido en persona con Tony Hernández en 2014 y haberle pagado 50.000 dólares.
Sentado en el estrado, aseguró que en 2012 sobornó al actual vicepresidente Ricardo Álvarez con medio millón de dólares a cambio de protección, para evitar que él y su hermano fueran extraditados y también para que pudieran seguir recibiendo contratos para seguir lavando dinero.
“Prometió anular la ley de extradición de Honduras a Estados Unidos”, dijo Rivera.
Sobre el expresidente José Manuel Zelaya, el testigo cooperante sostuvo que en 2006 le entregaron 500.000 dólares para que nombrara jefe de seguridad a un primo de Rivera, algo que Zelaya no llegó a hacer, siempre según sus palabras.
Sin embargo, la mayor parte del testimonio de Rivera se centró en describir su relación con el acusado, a quien dibujó como otro narcotraficante sin escrúpulos, que ayudaba a pasar cocaína proveniente de Colombia en barcos y en aviones hacia Guatemala en su camino a México y Estados Unidos.
El exlider de Los Cachiros relató cómo el acusado supuestamente ordenó asesinatos y cómo tenía sobornados a agentes de seguridad que le ayudaban en las operaciones de narcotráfico o le avisaban en caso de que se estuviera preparando algún operativo de seguridad.
La defensa de Fuentes Ramírez intentó desacreditar el testimonio de Rivera, que ha reconocido haber matado a 78 personas.
El abogado Eylan Schulman ya se refirió a Rivera como un “asesino en masa” y cuestionó cómo puede el Gobierno estadounidense colaborar con alguien así.
El pasado martes, durante la presentación de los alegatos, la fiscalía describió al acusado como “una parte fundamental de un narcoestado hondureño”.