domingo, mayo 19, 2024

Doctor Hugo Mota arma una sala de intensivo en la casa de sus padres para salvarles la vida.

El doctor Hugo Mota es un destacado pediatra y otorrinolaringólogo a nivel nacional que recién acaba de pasar por una experiencia intensa, dado que sus papás, de 82 y 87 años de edad respectivamente; se contagiaron con coronavirus, y tuvieron una reacción agresiva de la enfermedad, de tal manera, que Hugo y su esposa, que también es médico, con la ayuda de su sobrina, que igualmente es doctora, implementaron una sala de intensivo en la casa para salvarles la vida. Aquí la historia que nos narra el doctor Hugo Mota.

Doctor Hugo Mota: Hugo nos cuenta que sus padres ya son adultos mayores, de 82 y 87 años, y que ya se habían puesto la primera dosis de la vacuna, en el mes de mayo, y tuvieron reacción a los diez días de habérsela colocado, con síntomas gastrointestinales y un poco de fiebre que en cuatro días pudo resolverse satisfactoriamente, con un tratamiento en casa conservador. En el mes de junio, nos relata Hugo Mota, mis padres tuvieron una reunión familiar, y creemos que en esa reunión ellos adquirieron el coronavirus. O pudieron contagiarse con las personas que les llegan hacer los servicios de entrega de comida, jardinería y otros. Lo que sí sabemos es que ellos empezaron con síntomas de coronavirus el día 9 de junio, de tipo gastrointestinales, dolor, diarrea, sensación de malestar general, vómitos. Hugo nos cuenta que sus padres viven en San Lucas Sacatepéquez, viven solos, razón por la que al verlos en ese estado, y con la realidad de que los hospitales tanto privados como públicos se encuentran saturados, inmediatamente decidimos tomar nosotros el control del problema. Iniciamos con ponerles suero en las venas, y empezamos el tratamiento médico. Se fue complicando el asunto, porque del sistema gastrointestinal, la enfermedad pasó al sistema respiratorio, por lo que tuvimos que agregar oxígeno, monitores, prácticamente hacer un intensivo en casa. Mi esposa y yo empezamos el manejo médico con ellos, y tuvimos asesoría de otro médico con asesoría interna, que es mi sobrina, que ella maneja Covid dentro de las instituciones donde trabaja, e iniciamos el manejo que se requería para el caso. Esto fue el 9 de junio, hoy hasta este día 11 de agosto, ellos aún siguen convalecientes del covid. Es una enfermedad complicada, porque tiene fases de angustia, de dolor, de temor, y momentos en los que el paciente puede sentirse incapacitado, y los médicos piensan que ya no pueden ayudarles más. Es una enfermedad sumamente desgastante tanto para los pacientes como para el médico tratante. En este caso estábamos como médicos y como familia, mi esposa y yo, entonces sólo Dios puede ayudarte, solo queda inclinar tu rostro y pedir a Dios que te ilumine y te ayude, porque se necesita tener fuerza para salir adelante, y esta solo puede venir de Dios. Pedir a grupos de personas que oren por los enfermos y las familias. Fueron cuatro semanas sumamente complicadas, en las que los demás familiares no podían verlos, por lógica, estábamos aislados.

Además, nos cuenta el doctor Mota, que por distintos motivos y circunstancias, en mi familia resultaron 16 personas enfermas de coronavirus. Estos grupos familiares adquirieron el contagio por otros canales, y entonces empezamos con mi esposa, telefónicamente a tratar a estas personas, con tratamientos distintos de acuerdo a las reacciones de los demás familiares. Como repito, fueron cuatro semanas excesivamente complicadas.

Ahora que mis padres ya se encuentran en fase de convalecencia, ya estamos más tranquilos, pero en la fase aguda de la enfermedad, nos cuenta, llegamos a contratar 9 cilindros de oxígeno, y llegamos a tener 5 enfermeras para auxiliarlos las 24 horas del día. Utilizamos ambulancias con oxígeno para trasladarlos a centros de diagnóstico, un calvario en resumen. Y es que como no había oportunidad de colocarlos en hospitales, tuvimos que hacerlo nosotros. Ahora que estamos en la fase de convalecencia saliendo de esta crisis tan espantosa, nosotros comprendemos, y queremos ayudar a todas las personas que están sufriendo, a todos los familiares, que Dios les ilumine, y pedimos fuerza para que sean alentados, porque es una crisis en la que por momentos tú te sientes impotente.

Gracias a Dios, dice el doctor Mota, tu sabes Pepe que yo toda mi vida he sido un tipo muy ahorrativo, y que esos ahorros ahora me ayudaron a utilizarlos para salvar a mis papás.

Por toda esta experiencia que estamos sufriendo dice el doctor Mota, le pido a todos los que están leyendo esta entrevista, que se cuiden, que se vacunen, no ir a lugares inapropiados si no es indispensable, porque desgraciadamente todavía hay gente que cree que esta enfermedad no existe, que no da, y yo les puedo afirmar que sí da, y en el caso de mis padres, fuertemente, ellos ya llevan cuarenta días viviendo en esa crisis, aunque convalecientes, todavía están con medicamentos y con consecuencias en su cuerpo y en su mente. Porque es un proceso para reincorporarlos a su vida normal.

Pepe Estrada: ¿Y durante este proceso de tratamiento a tus papás utilizabas traje especial o solo mascarilla?

Doctor Mota: Usaba doble mascarilla y mascareta, empecé a usar traje especial, pero mis papas necesitaban sentir mi calor, no querían ver a su hijo con un traje especial para no acercárseles, si nadie de la familia podía verlos, por lo menos que a mí pudieran verme y sentir mi cariño y amor. Te cuento que el primer día que llegó un familiar a verlos, porque ya habían dado negativo en la prueba de antígeno; ellos se sintieron como niños, una alegría excepcional en sus rostros de poder ver gente cercana a ellos visitándolos. Porque durante la crisis es un aislamiento total, sin poder ver más que a doctores y enfermeras, ajenos a ellos.

Por eso es que en estos momentos cuando las personas enfermas que no tienen los medios económicos para tratarse en casa, por no contar con los aparatos y la asistencia médica, deben y  tienen que ir a los hospitales nacionales, porque es vital consultar con médicos profesionales y alejarse de sus familiares, y pasar la enfermedad solitariamente, aquí es cuando me lleno de compasión por ellos, y rezo por ellos para que Dios les dé fortaleza para soportar el aislamiento sumado a los dolores y angustias de la enfermedad. Igualmente debemos de orar todos por ellos, que solos confrontan una enfermedad terrible.

Hay unas personas, nos dice el doctor Mota, sumamente afortunadas, que el Covid solo les da como una especie de catarro, y la pasan tranquilos en sus casas. Pero hay otras que no, que les pega terriblemente la enfermedad, y pasan por momentos de angustia y sufrimiento terrible; son más aquellas a las que les da el coronavirus teniendo ellos otras enfermedades, y el covid, les pega donde existe esa debilidad en sus organismos, estas personas son a las que la enfermedad les agrava agresivamente.

Pepe Estrada: Solo para que aprendamos un poco. Con qué medicamentos empezaste a tratar a tus papás.

Doctor Mota: Nosotros ante la gravedad de la crisis que inició con dolor abdominal, diarrea y vómitos, con ellos empezamos con inyectarles suero en las venas, y medicamentos para quitar los espasmos.  Cuando nos dimos cuenta que la enfermedad iba subiendo a los pulmones, entonces utilizamos los cilindros de oxígeno, les pusimos el oxígeno por mascarilla a dos litros por minuto, pasamos a cuatro, pasamos a cinco, y nos fuimos guiando por los niveles de oxígeno en el monitor, y tratamos de mantenerlos arriba del 94% de saturación de oxígeno.  Utilizamos antivirales, antiinflamatorios, antibióticos, pero eso depende de la reacción de las personas y la gravedad, cada caso es individual, y tratamiento especial.  En el caso de mis papás por su edad, fue un caso grave y complicado, gracias a Dios ya están en la fase de convalecencia, pero todavía están con enfermeras y medicamentos y oxígeno, cuando lo requieren.

Yo bendigo a Dios porque siempre nos dio la provisión para poder salir adelante con los recursos para salvar a mis papas.

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